ComunicaciónDestacadas de CiudadOriental.com

¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo?, ¿Cuándo? , ¿Dónde? y…¿Por qué?

Por Robert Vargas
En las escuelas de periodismo de la República Dominicana enseñan a los futuros periodistas que en la construcción de las noticias deben responder las seis preguntas básicas: ¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? y ¿Por qué?.

Sin embargo, una vez en el ejercicio, muchos de aquellos jóvenes que soñaban con «decir la verdad» encuentran verdaderas murallas que les impiden ser lo que aspiraban y se ven obligados a desdoblarse, a ser otros.

Sin querer, muchos asumen puntos de vistas sobre las noticias en los que ellos no creen pero que, al final, terminan creyendo y defendiendo casi sin darse cuenta.

Es frecuente que en ciertos medios de comunicación las historias sean tratadas de manera muy superficial y, no solo eso, sino que esas historias son iniciadas y su final muchas veces se diluye y el público no llega a conocer ciertamente lo que sucedió quedándose solo con la percepción que le provocaron los primeros titulares.

¿No han observado Ustedes que con inusitada frecuencia los medios dan cobertura al arresto, por ejemplo, de una banda, y al final nadie sabe lo que sucede con sus presuntos integrantes?

De repente, los medios «pierden el interés» por el caso y, quienes los siguen hasta el final son vistos como bichos raros a quienes hay que aplastar y hasta los definen como «rosca izquierda».

En aquellos medios en los que el real periodismo está ausente de la mente de sus directores, es frecuente que los periodistas no  no se atrevan a responder esas seis preguntas.

La última que escribí, «¿Por qué?, con frecuencia no es tocada y, si lo hacen, la tocan «por arribita». Meterse para lo profundo podría derivar en ser considerados «insolentes», en la pérdida del empleo, de la pérdida de la publicidad o, simplemente, padecer un lamentable «accidente»

Llega así la autocensura, la que ahora es destrozada sin piedad por las redes sociales, para bien de la sociedad. El periodismo ciudadano, bien usado, es genial.

El periodista y/o el medio que se atreva a responder esas seis preguntas al construir sus historias deberá estar consciente de que deberá afrontar riesgos.

Si no quiere verse en situación e riesgo, simplemente tiene que hacer un periodismo «light», que no moleste a nadie y, encima de eso, hacerle creer a la gente que hace un periodismo supuestamente «veráz» y «objetivo», que no es lo uno ni lo otro.

Ese tipo de periodismo, sin embargo, puede derivar en aportar beneficios económicos nada despreciables.

La otra forma, la que procura responder en detalle todas las preguntas es de alto riesgo para el periodista, eso explica que ahora se anime a los profesionales del periodismo a pensar lo menos posible.

En esas circunstancias, el lector siempre debe cuestionar, una y otra vez en busca de las respuestas a las cinco preguntas.

Les menciono un ejemplo de la forma en que muchas veces se evita por todos los medios responder a las cinco interrogantes:

Observen que, con frecuencia, la Dirección General de Aduanas, informa que decomisa costosos contrabandos en los muelles y aeropuertos del país.

Dan detalles de todo lo que «encuentran» en los furgones, pero se cuidan de no informar en detalle quiénes eran los destinatarios y hasta ocultan otros detalles importantes.

No recuerdo que informen de las identidades y las sanciones impuestas a las empresas implicadas en esos contrabandos y, más que eso, los medios ¡tampoco se interesan en profundizar!

¡Genial!

Lo mismo sucede con muchas informaciones similares de la Dirección Nacional de Control de Drogas.

Te mencionan el pecado, pero no el pecador y si dan el nombre de este, generalmente es de una persona de escasa ascendencia o el eslabón más débil de la cadena.

Es claro que algunas autoridades tampoco quieren que todas las preguntas sean respondidas.

Por tanto, el periodista que se atreva a buscar respuestas a todas las preguntas y siga sus historias hasta el final debe saber que siempre correrá el riesgo de padecer consecuencias indeseables.

Quienes consumen noticias deben estar siempre alertas para descifrar el contenido de las informaciones que leen o escuchan para entender su intencionalidad.

Si de repente Usted ve que ciertos medios están muy interesados en aquellas «pobres gentes que viven en esa cueva», deténgase a preguntarse por qué tienen esa «preocupación»; ¿Qué hay detrás de eso? ¿Están realmente interesados en la suerte de esos infelices, o tienen relaciones con algún sector que quiere esas cuevas para construir un proyecto empresarial?

Las noticias no son para nada inocentes, como no lo son muchos funcionarios, sobre todo si han construido fortunas de la nada.

Estos últimos tienden a estallar en ira con quienes se atreven a buscar debajo de las piedras.

No quieren que salgan los «alacranes» y para lograr que esas «piedras» no sean removidas logran el respaldo de algunos y a quienes quieren ver «la piedra» por arriba y por abajo, simplemente tratan de desacreditarlos definiéndolos como «mierdas» a quienes hay que silenciar, de una manera o de otra.

¿Me dí a entender?

Si lo puse «muy confuso», puedo intentar explicarlo de otra manera.

Nosotros, en Ciudad Oriental, preferimos tener lectores que estén alertas y no puedan ser engañados con facilidad por nadie,

Compartir:
Botón volver arriba