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Alfredo Martínez: de brazos cruzados ante la pandemia; Manuel Jiménez ha enmudecido

Por Robert Vargas
Por lo pronto, el alcalde saliente de Santo Domingo Este, Alfredo Martínez, luce de brazos cruzados y sin ser capaz de orientar y trazar pautas a la ciudad que gobierna; mientras que  su sucesor, Manuel Jiménez, da la percepción de que se lo tragó la tierra en medio de la pandemia del coronavirus.

Al primero, es claro que el gobierno de la ciudad le quedó grande y debe prepararse para abandonar con más penas que glorias el alto cargo que ocupa; mientras que el segundo deberá demostrar que en realidad es capaz de conducir al municipio hacia el progreso, estable y seguro.

Los dos, el que se va y el que llegará, están atrapados, sin que fuera su intención, en medio de la feroz pandemia del nuevo coronavirus que tiene espantado al mundo en general y a los dominicanos en particular.

Martínez ha sido incapaz de trazar orientaciones al poco más de un millón de personas que gobierna, ni qué decir de pasar a la acción.

Parece que solo espera que llegue el día 24 de abril para largarse del Palacio Municipal sin ninguna gloria que mostrar.

De su lado, Jiménez, un excelente crítico de la gestión actual y un formidable estratega concertándo alianzas para ganar en forma aplastante y convincente las elecciones municipales, tendrá en pocos días la oportunidad de demostrar si está hecho de la madera que se necesita para gobernar con acierto el mayor municipio de República Dominicana.

Mientras tanto, el alcalde electo hasta ahora no ha dado señales de la estrategia que él y su equipo estarían diseñando para afrontar la crisis sanitarias, que es muy difícil sea resuelta antes del 24 de abril, cuando deberá tomar posesión.

Este detalle llama la atención porque Luis Abinader, l candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno, que es el mismo de Jiménez, continuamente hace propuestas para actuar en medio de la crisis, como si él ya fuera presidente del país

Sin embargo, Jiménez, que ya es el alcalde electo guarda un silencio asombroso,

Parece que el enfoque es distinto, dependiendo de la situación en la que se esté.

Potencial «guerrita» en la futura Sala Capitular

Quizás el silencio de Jiménez esté relacionado con las presiones a las que está sometido por sus compañeros del PRM, muchos de los cuales ven el Ayuntamiento cual si fuera «un botin de guerra«.

Ciudad Oriental conoce de primera mano las negociaciones que ya se están produciendo entre actuales regidores oficialistas y un grupo de veteranos concejales (electos y reelectos) para concertar una alianza e intentar imponer en el Concejo a un sector estrechamente vinculado con los funcionarios salientes, duchos en el manejo de situaciones que, eventualmente, dejan grandes beneficios y que hundieron en el descrédito al actual Concejo y a la Administración.

Por un lado, según los informes, Manuel Jiménez estaría intentando influir para que sea colocado como Presidente de la Sala Capitular cierto regidor, pero , en sus propias narices,  varios de los regidores del PRM han concertado alianzas tempranas con los que ayer decían combatir.

Desde ya, algunos perremeístas le han dicho a Ciudad Oriental que le reclamarán a Jiménez que «respete la ley» y no se inmiscuya con la elección del bufete directivo del Concejo de Regidores.

-«Después que se pasó toda la vida reclamando respeto a la Ley, él no puede ahora pretender violarla queriendo imponer a un Presidente», dijo a Ciudad Oriental una funcionaria electa por la tolda azul y blanca.

Mientras eso sucede en ese ámbito, en otro relacionado con la conformación del gabinete, se producen presiones y algunos sectores pretenden obligar a Jiménez a aceptar propuestas para ocupar cargos en áreas vitales a personas que carecen de la capacidad profesional y técnica real para desempeñarlos.

Un paso en falso en esta dirección dejaría muy mal parado a Jiménez, de quien se dice le ha hecho a entender a algunos que «yo soy el alcalde».

Otros, mientras tanto, realizan intensas gestiones para colocar los suyos en puestos claves en los que «hay grasa».

Si estos logran materializar sus aspiraciones, entonces el municipio asistirá a más de lo mismo, pero con caras distintas y, todo habrá sido en vano.

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