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«Claro y rapao»: comunitarios de Villa Liberación le dicen en su cara a Manuel Jiménez que no admitirán ser convertidos en «Villa Moscas» + Vídeo

Por Robert Vargas
Los comunitarios de Villa Liberación subieron hasta el cuarto piso del Palacio Municipal, donde no se les «apretó el pecho» para decirle en su cara a Manuel Jiménez que no aceptarán que su comunidad sea convertida en una «Villa Moscas», si le llevan cada día a su sector más de 200 toneladas de basura.

El alcalde Jiménez le ha dicho a los comunitarios que él está dispuesto a «imponerle la felicidad», mediante la instalación en Villa Liberación de una planta de reciclaje de basura que, según el síndico, llevaría progreso a los vecinos del entorno de esa industria que quiere imponer «a troche y moche».

Sin embargo, el hombre que anteriormente se identificó por ser un abanderado de la ecología, no se imaginó que ayer, en su cara y en el mismísimo Palacio Municipal los comunitarios actuarían con firmeza y le rechazarían su propuesta de «felicidad».

Todo ocurrió en el contexto de un encuentro de Jiménez con un grupo de legisladores y comunitarios que acababan de participar en una protesta contra la planta de reciclaje.

Los diputados se colocaron muy próximo del síndico y  los comunitarios allá, más distante, en el fondo, pero atentos a todo lo que se decía.

Los legisladores, usando un leguaje «diplomático» dieron la impresión de que cayeron rendidos ante los encantos de las palabras del cantautor y alcalde.

Tres diputados (Luis Henríquez, Bolívar Valera y Heriberto Aracena) lo redujeron todo a que ha habido una presunta «falta de comunicación» entre el alcalde y la comunidad. Dieron señales de que cayeron rendidos.

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La diferencia la presentó la diputada Isabel de la Cruz quien dijo de manera clara y precisa que respalda la planta de reciclaje de basura, «pero no en ese lugar».

La firmeza de los comunitarios

Dice el refranero popular que «el corazón de la auyama solo la conoce el cuchillo». Quizás por ese motivo fue que los comunitarios de Villa Liberación actuaron con más firmeza y entereza que la mayoría de los diputados y le dijeron a Manuel Jiménez las cosas tal como la entienden y, al final, le ratificaron que allí no admitirán que le instalen la planta de procesamiento de basura.

Uno de los comunitarios le dijo a Jiménez que, en principio, hasta le gustó lo que le estaban diciendo, pero después se dio cuenta de que todo era un engaño y destacó que quien promueve el proyecto de la basura en Villa Liberación, es la misma persona que ha convertido en Villa Moscas, al entono del vertedero de Rafey, en Santiago. Se refería al Ministro Neney Cabrera.

Otro destacó que ese proyecto solo dejará beneficios a los empresarios que hagan sus inversiones, pero que la comunidad será perjudicada con más pobreza y enfermedades.

Y uno más agregó que, si el proyecto fuera tan beneficioso, todos los diputados y todos los regidores querrían que el mismo fuera instalado en sus comunidades.

Manuel Jiménez se dio cuenta de que «tenía en el puño» a la mayoría de los diputados, menos a Isabel de la Cruz y a Franklin Martínez, por eso cambió de postura y le advirtió a los comunitarios que, si era necesario, les «impondrá la felicidad».

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Es claro que el enfrentamiento entre las comunidades y el alcalde Manuel Jiménez y los regidores que le respaldan,  ya está servido.

Solo falta que el Ayuntamiento intente dar un paso hacia el escenario. Los comunitarios los estarán esperando con o sin diputados.

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