
Crece tendencia al uso de los fusiles en SDE para enfrentar a opositores
El Gobierno dominicano ha estado enviando señales de que está resuelto a disuadir las protestas callejeras de los opositores con el uso del ejército y armas de guerra, desplazando poco a poco a la fuerza policial, que sí está entrenada para afrontar disturbios civiles.
Desde el pasado mes de mayo, los vecinos de Santo Domingo Este han visto que han sido desplegadas tropas de elite de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, que tiene su sede en la cercana base militar de San Isidro.
Entre las mayores acciones de combate de la Fuerza Aérea se destaca el bombardeo que esta hizo en abril de 1965 a las tropas constitucionalistas y al pueblo que pretendían restablecer la constitución de 1963, derrocada por un golpe militar auspiciado por Estados Unidos contra el presidente constitucional Juan Bosch dos años antes.
Por igual, en las calles de SDE han sido desplegadas fuerzas de combate de la Armada, que tiene su cuartel general en la avenida España, junto al río Ozama.
En la misma dirección, el gobierno ha comenzado a desplegar ampliamente en las calles del municipio Santo Domingo Este elementos del servicio de inteligencia militar A-2, de la Fuerza Aérea, que históricamente ha estado relacionado con la represión política y denuncias de torturas a ciudadanos, incluido el desaparecido profesor universitario y periodista Narciso González, Narcizaso, en el denominado «Mercadito«.
Pocos días después de las elecciones del 15 de mayo, afectadas por abrumadoras denuncias de fraude, tropas de combate fueron estacionadas en todos los puntos de acceso a la ciudad.
Lo mismo sucedió en el marco de la convocada y fracasada huelga en el municipio Santo Domingo Este.
El pasado miércoles, en ocasión de la celebración de un acto solemne por la Junta Electoral en el Club del Legislador, también fue desplegado un impresionante dispositivo de seguridad a cargo de tropas de combate paracaidistas y de la Marina de Guerra.
Apenas un puñado de la policía preventiva fueron enviados al lugar.
Lo dominante allí no eran las fuerzas policiales para enfrentar potenciales protestas, sino las armas de guerra.
No está claro porqué el Gobierno desiste de usar la fuerza policial para enfrentar protestas de opositores y, al contrario, prefiere usar a la fuerza militar con armas letales, lo que envía una señal de que el país está «en estado de guerra»
Las apariencias sugieren que en Santo Domingo Este se podría estar a las puertas del retorno de la feróz represión política, superada hace varias décadas tras quedar en el camino un río de sangre de luchadores por la democracia.