Destacadas de CiudadOriental.comOpiniones

¡Cuidado con el León!

Por Santiago Mata
Es imposible ignorar la obra de gobierno de Leonel Fernández entre 1996 y 2012.

La verdad hay que decirla y no podemos llamarnos a engaño por un asunto de simpatía, que nos impide ver la realidad con claridad.

La verdad no se puede negar.

La República Dominicana avanzó mucho a partir de 1996 con la llegada al poder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) liderado por la nueva visión del Doctor Leonel Fernández.

¡El Líder!

Pasamos de ser un pobre país aislado en el concierto de los países en desarrollo, a ser el mismo pobre país, pero entregado a los cambios de la globalización de la mano del nuevo Líder en la búsqueda de un espacio en la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio, los flujos financieros y la transferencia de conocimientos a través de la presencia internacional.

¡Exelente!

El progreso no se hizo esperar desde que Leonel llegó al poder y sin dudas, al poco tiempo, comenzaron a verse grandes avances en aspectos tan importantes como la infraestructura, la burocracia y la institucionalidad del país.

El PLD parecía ofrecer al país el histórico anhelo de los fundadores de la nación de vivir en una sociedad justa para felicidad de todos los dominicanos.

Parecían cuatro años de prueba para ver como funcionaba el asunto.

Pero, algo falló.

Y no conforme con la prueba peledísta, el pueblo prefirió algo más ligero y en las elecciones de 2020 eligió presidente al ingeniero Hipólito Mejía, considerado posteriormente como una interrupción o una retranca al proceso de desarrollo y crecimiento que había logrado el ensayo peledeísta que encabezó Leonel Fernádez, el Lider, quien sería aclamado presidente nueva vez en 2004 y reelecto en 2008 para gobernar hasta 2012.

Eso quiere decir que de los 16 años que van de 1996 al 2012, Leonel Fernádez, el Líder, gobernó el país por 12 años, sin dudas, uno de los períodos de mayor progreso para la República Dominicana en toda su historia.

El desarrollo estaba a la vista de todos, hasta para el que no quería enterarse, al llegar al Metro le era imposible evitarlo.

Escuelas, hospitales, carreteras, universidades, la agricultura, la economía, los salarios, la estabilidad y hasta las esperanzas y los sueños se veían mejorar.

Pero había cosas que no se veían en medio de la premura.

Y como decía Bosch, a veces, las cosas que no se ven pueden ser más importantes de las que se ven.

Y es cierto, hay cosas tan subjetivas de esas que tiene la vida y sobre todo la vida de una sociedad pobre, sin experiencia, que se enfrenta a realidades, que luego, el día menos pensado, salen a flote como si fuera el sargazo.

Estas palabras no son un estudio sociológico, ni pretenden serlo, sino, tal vez una imprudencia que hoy quisiera compartir con el rigor debido.

La reflexión viene a propósito del llamado urgente que ha hecho recientemente el nuevo partido de Leonel, la Fuerza del Pueblo, para que el gobierno de Luís Abinader enfrente de manera efectiva la delincuencia desenfrenada que hoy día arropa y sacude al país.

Es válido el llamado, pero …

¡Cuidado con eso!

Si la envidiable estabilidad económica que vive la República Dominicana hoy día hay que atribuirle a los gobiernos de Leonel Fernández y el PLD, también hay que atribuirles a sus gobiernos la precaria situación del sistema de salud, la educación y la delincuencia.

Y ese es el tema.

Pues, resulta que la delincuencia actual debe tener su origen en esas cosas que no se ven, pero que se van gestando poco a poco, como la economía, debido a la acumulación de múltiples factores a lo largo de cierto tiempo.

Se puede afirmar, sin exagerar que la delincuencia, que siempre ha existido, no era una preocupación nacional para el año 1996.

De ahí que, si es cierto que la delincuencia envuelve a los jóvenes de 12 a 35 años, como dicen los reportes, sería imprescindible sacar bien la cuenta antes de establecer sus orígenes más cercanos para luego establecer responsabilidades.

Los niños que tenían 10 años cuando Leonel llegó al poder, hoy tienen 36 años. Los que nacieron en 1996 tienen 26 años y los que nacieron en 2012 ya van a cumplir 12 años.

Los de Luís van a cumplir apenas tres años.

Las obras de Leonel y todo el desarrollo que alcanzó el país en el lapso de tiempo en que gobernó el país y que se pueden ver en todo el territorio, son sin dudas la obra del Líder.

Igualmente, la delincuencia de hoy debe haber llegado por el camino nuevo que se comenzó a construir a partir de 1996, puesto que en aquel camino viejo, en la era de Balaguer, la delincuencia era robarse una gallina.

Pero, a veces, esas cosas que no se ven y que pueden ser hasta más importantes que las que se ven, como es el caso de la delincuencia, también es parte de su obra de 12 años en los que obviamente, nació y creció una generación fracasada, cuyos resultados hoy afectan a toda la sociedad.

La delincuencia no se produce de un día ni de un año para otro.

No nos engañemos.

La delincuencia comienza a hacerse cargo de nuestros jóvenes con mucho tiempo de antelación con la falta de oportunidades reales para los adolescentes pobres, sin horizontes, sin metas, sin objetivos, sin mucha educación, etc.

Y por tanto, no podemos usar un cedazo para medir sólo un aspecto de la obra de Leonel.

Hay que verlo todo al mismo tiempo.

No es justo que el fanatismo nos impida ver la realidad.

El Metro que disfrutamos hoy en la capital se comenzó a construir en el año 2005 y posiblemente la actual delincuencia que nos afecta hoy comenzó a gestarse unos años antes.

Su obra de gobierno es responsable de lo bueno y lo malo y deben tener cuidado quienes pretenden burlarse de nuestra pobre capacidad política para ver la realidad.

La República Dominicana ocupa el último lugar mundial en pruebas PISA que miden el nivel de nuestros estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias, una muestra de que algo falló entre 1996 y el 2020, sin que nos diéramos cuenta.

No hay dudas de que el actual gobierno no tiene la capacidad de enfrentar con éxito la inseguridad ciudadana y la delincuencia, pero no se le puede atribuir que sea el culpable, puesto que en tres años de este gobierno no fue cuando se originó el problema.

El problema tienes sus orígenes antes y por eso, ante las promesas, el discurso y la realidad que hoy vivimos los dominicanos, hay que que tener cuidado con el Líder, que es el principal responsable de todo lo bueno y lo malo que nos ha pasado, como consecuencia de su liderazgo en momentos cruciales de la transición política que debió producirse a partir de 1996.

Antes de terminar es clave señalar que Danilo Medina tiene su historia, mientras tanto…

¡Quidado con el Líder! …y sus promesas.

Compartir:
Botón volver arriba