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De Cabrera para Castillo: Fume usted y déjeme el cabo.

Por Santiago Mata

Por Santiago Mata

 

La historia es vieja y todo el mundo en la circunscripción dos, más o menos la conoce, aquí en Santo Domingo Este.

Pero,  Ramón Cabrera y Rafael Castillo la conocen mejor que nadie.

Castillo aspiró a diputado en 2010 y acusó a Cabrera de haberle hecho trampas y en 2016, como por arte de magia, aunque siempre se dijo que fue como parte de una supuesta negociación, ya Castillo era parte del imperio del rudo presidente de la circunscripción #2, el mismísimo Ramón Cabrera.

Cabrera no aspiraría a diputado en 2020, sino que se decidió tarde a buscar la candidatura a la alcaldía para luego declinar a esas aspiraciones porque evidentemente, los números no le daban.

En su lugar, no se sabe si por las negociaciones o por qué otro motivo o razón, Cabrera decidió echarse al hombro a Castillo para llevarlo  y sentarlo en una silla en la cámara de diputados.

Y fue así como en las elecciones de julio de 2020, hace apenas 4 años, Rafael Castillo resultó ser el candidato a diputado más votado en esta demarcación al haber obtenido 9,406 votos preferenciales en la boleta del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El que conoce la historia recordará que, incluso antes de ser declarado ganador del puesto, lo primero que hizo  Castillo, de manera muy elogiosa, fue agradecer al equipo de trabajo que lo llevó a obtener  más votos que todos los demás aspirantes.

También agradeció a Dios, a los votantes de la circunscripción y a todo el que de alguna forma contribuyó con su contundente victoria.

Pero sobre todo a Cabrera, que le dejó libre el camino, le brindó sus oficinas  políticas, lo protegió y lo acompañó hasta  en los funestos tiempos de pandemia.

Esa es más o menos la historia de lo que a simple vista parecería un acuerdo político que, en detalles, sólo ellos dos conocen y que no se sabe hasta dónde habrá llegado porque,  dos años después de haber sido electo diputado por el PLD , Castillo se fue a la Fuerza del Pueblo , sin pelearse, pero… y como es lógico, se llevó su diputación y buena parte de la gente que le ayudó a ganar y obviamente,  dejó a Cabrera  en el PLD con su «equipo» , un  considerable   grupo de «compañeros incondicionales» que de manera consentida, son como de su propiedad.

Pero, la cosa no termina ahí; ahora viene el próximo episodio, aún inconcluso.
El actual diputado Rafael Castillo y aspirante al mismo cargo, ahora desde la Fuerza del Pueblo, tendrá de frente al ex diputado del PLD, Ramón Cabrera, el mismo que lo cargó en sus hombros hace 4 años y que  se prepara para pelear un asiento en la cámara de diputados en las elecciones del 19 de mayo.

No sé cuantas cosas puedan compartir Cabrera y Castillo, pero estoy seguro que en esta ocasión no van a compartir los votantes, situación que obligará a cada quien a «rascarse con sus propias uñas» para que cada quien por su lado, se busque entre nueve o diez mil votos, que fue la cantidad que entre los dos grupos consiguieron para hacer a Castillo el candidato a diputado más votado de esta circunscripción.

Y eso le complica las cosas a los dos buenos amigos y ex compañeros puesto que ahora tendrán que dividirse los votos y cuidado!

Cuidado ante cualquier resbalón,  pues en los predios de la Fuerza del Pueblo andan Alexandra Peña y María Gallard al acecho, mientras que en el patio del PLD se mueve sigilosa, Edita Sandoval, con cuyos votos ya tampoco podrán contar.

El panorama no es muy alentador , esa es la verdad

Las circunstancias de las próximas elecciones, con tres partidos grandes con candidatos en condiciones de superar los 8 mil votos, lo más probable es que el PRM obtenga 2 escaños de los cuatro disponibles en la circunscripción y que la Fuerza del Pueblo y el PLD tengan que conformarse con un diputado por cabeza, si se mantiene el comportamiento electoral de 2020 y más recientemente, el patrón de las elecciones municipales del pasado 18 de febrero.
Ahora lo que  falta por saber es, de los 9,000 votos que obtuvo castillo en 2020, cuántos eran de  Cabrera y cuántos de Castillo.

Mientras tanto, nada está seguro hasta que no se cuenten  y se repartan los votos.
Y ellos lo saben.

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