El reloj dicta sentencia en la recta final de la semifinal del béisbol dominicano
Por William Perdomo
Mientras transcurren los días y se acerca el final de la ronda semifinal de la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom), el destino de los equipos quedó marcado por el implacable paso del tiempo.
Para unos pocos, el reloj les concede más vida y la oportunidad de aspirar al campeonato. Pero para otros, cada tic-tac existe como una cuenta regresiva hacia la eliminación.
Como reza la conocida canción «Reloj» de Roberto Cantoral: «Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer».
Y es que solo es cuestión de tiempo para que las Estrellas Orientales logren su clasificación a la Serie Final, mientras que todo apunta a la pronta eliminación de los Gigantes del Cibao.
Los Tigres del Licey y los Leones del Escogido libran su propia batalla por imitar el éxito del cuadro verde y sortear la que parece ser una inevitable debacle para los Gigantes.
El destino de los equipos quedó estampado este sábado, cuando los Orientales derrotaron 1-0 a los Tigres, colocando su «número mágico» en solo una victoria para asegurarse como mínimo el segundo lugar de la semifinal.
Los Leones, por su parte, se mantienen a flote tras vencer 7-6 a los virtualmente eliminados Gigantes.
Los protagonistas en las victorias sabatina fueron, en la de las Estrellas sobre el Licey, Webster Rivas, autor del elevado de sacrificio en la parte baja del octavo episodio para empujar la única carrera del encuentro, y en la del Escogido sobre los Gigantes, Starling Castro, quien la guió al batear tres imparables con una anotada; y el cerrador Jeurys Familia, responsable del salvamento.
FALTAN 4 JUEGOS PARA EL DECISIVO CIERRE
Solamente restan cuatro jornadas en el calendario del Round Robin. Al día de hoy, las Estrellas ostentan la primera posición (10-4), seguidos por el Licey (8-6), el Escogido (6-8) y los Gigantes (4-10).
Este domingo, el Escogido visita al Licey a partir de las cinco de la tarde en el Estadio Quisqueya y las Estrellas a los Gigantes en el estadio Julián Javier.
El 18 de enero se jugará la última fecha. Para entonces, ya el destino de todos habrá sido dictado de manera implacable por el reloj.
Pero al final, el verdadero dueño de los juegos ha sido ese arbitro invisible e implacable al que todos temen: el tiempo.
Solo él podrá decretar quiénes siguen con vida en pos de la gloria, y quiénes verán sus sueños británicos desvanecerse con los primeros rayos del alba.