Por Robert Vargas
Hubo una época, no hace mucho tiempo, que el hospital traumatológico Dr. Darío Contreras era considerado con orgullo como una «fábrica de gentes».
Sin embargo, esa percepción se ha desplomado y ahora no es más que una «fábrica de enfermos», donde, según denuncias de médicos vinculados a ese centro sanitario, la deplorable gerencia la pagan con creces quienes esperan recibir asistencia de buena calidad.
Lo de «fábrica de gentes» tiene su historia y se transmitió de boca en boca entre los pacientes y los parientes de estos que estaban claramente agradecidos porque los primeros habían «regresado del más allá» de las manos de los médicos.
Todos recuerdan aquellas escenas horripilantes que mostraban a accidentados que eran ingresados a la sala de emergencia con los cuerpos ensangrentados, huesos rotos, o con heridas de bala u objetos punzocortantes.
Al observarlos, la percepción de quienes observan esas escenas es de que «ese se murió».
Sin embargo, pocos días más tarde, aquel que parecía un «difunto» se le veía recuperado tras el personal médico darle el seguimiento de rigor.
Poco a poco, y luego más rápidamente, todo eso ha cambiado, pero para peor, llegando a transformar a ese emblemático hospital en un «almacén de enfermos», literalmente, según los denunciantes.
¿Cómo ha sido posible que se llegue a este nivel de deterioro?
Los médicos lo explican en detalle y, cuando lo hacen, se les percibe su impotencia y su ira contenida.
Cuentan que las cosas comenzaron a tomar una pendiente peligrosa desde que fue designado en la dirección del hospital el doctor César Augusto Roque Beato, un general en condición de retiro que ha impuesto una dinámica de trabajo que es rechazada por los médicos.
Dicha así esa expresión, es posible que pocos la entiendan, como no la entendíamos nosotros y tuvimos que solicitar explicaciones adicionales. Me lo dijeron de manera que yo pudiera entenderlo sin ser médico, y así se lo explico a nuestros lectores.
-«Por ejemplo, un paciente que ha padecido una lesión que implica la rotura de algún hueso, llega a la consulta para ser evaluado y decidir sobre su posible intervención quirúrgica. El médico que lo recibe en la consulta, lo evalúa por primera vez y le asigna una nueva cita. Sin embargo, por disposición de la nueva norma establecida por el director, cuando el paciente regresa, no necesariamente es visto por el mismo médico que lo vio la primera vez, sino por otro cualquiera, que solo se ve el historial en papeles y no conoce al paciente», explica.
Agregan que la situación empeora cuando ese mismo paciente llega a la sala de cirugía: «quien lo recibe no es, necesariamente, alguno de los médicos que lo evaluó anteriormente y dispuso la intervención quirúrgica, sino que deberá operarlo el cirujano que esté de turno. Eso es inaudito», nos comentó uno de los médicos.
César Roque, Director del Hospital Dr. Darío Contreras
Según su explicación, como consecuencia de esa directriz de que «los médicos no tienen pacientes», las intervenciones quirúrgicas se posponen una y otra vez y «ha habido pacientes que han permanecido hasta tres semanas ingresados en una sala a la espera de la operación».
-«Muchos colegas se niegan a operar a pacientes a los cuales ven por primera vez cuando lo tienen en la mesa de operaciones y, en esas condiciones, rechazan intervenirlos para no poner en peligro la salud y la vida de los enfermos».
Explican que esto provoca que las salas estén llenas de enfermos, como si se tratara de un almacén de pacientes que esperan ser operados, pero no saben cuando eso ocurrirá y, si le fijan una fecha, por cualquier cosa puede ser postergada.
En la captura de pantalla que les mostramos con el Formulario de Suspensiones de Mayo, hemos cubierto los nombres de los pacientes, anestesiólogos y de los cirujanos. Se ven las causas de las suspensiones de las intervenciones quirúrgicas.
Según nos explicaron las fuentes médicas, todos los casos en que dice que el paciente NO FUE PRESENTADO, significa que el personal médico se negó a operar porque no conocen nada del historial del enfermo y, en esas condiciones, prefieren no aventurarse.
De esa manera, los casos por operar se van acumulando semana tras semana y mes tras mes convirtiendo al hospital Dr. Darío Contreras en un «almacén de enfermos».
Pero el asunto no queda ahí. La cosa es peor
Las fuentes en el hospital aseguran que el Director Roque Beato ha prohibido a los médicos que operan a un paciente, le «pasan visita» a este para conocer el progreso de la salud.
O sea, que son otros médicos quienes dan seguimiento a lo que hicieron sus colegas en la sala de operaciones; y los que operan no son los mismos que recomiendan las intervenciones quirúrgicas.
En estas condiciones, con el aparente respaldo de alguien muy poderoso en el Ministerio de Salud Pública, el hospital Dr. Darío Contreras va cada día de mal en peor.