Estamos conmemorando medio siglo de uno de los asesinatos más horrendo del Estado terrorista de los doce años bajo control de la CIA y el PENTÁGONO, presido por Joaquín Balaguer; y una de las trayectorias revolucionarias más valiosas y ejemplares, brutalmente interrumpida por los verdugos de nuestro pueblo.
Hace justamente 50 años los órganos de inteligencia de ese régimen, manipulados por la Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU, le quitaron la vida a Maximiliano Gómez y a Miriam Pinedo, durante su breve exilio en ese país; y lo hicieron con un sadismo propio de esos centros entrenados en la criminalidad política durante la posguerra de abril de 1965.
De eso no tenemos dudas y recordamos -para no dar cabida a ellas- las denuncias, que en el contexto del proceso judicial contra los asesinos de Orlando Martínez, se referían al rol perverso de Joaquín Pou Castro en el crimen de Bruselas; desde su condición de doble agente al servicio de los asesinatos selectivos de revolucionarios decretados por los invasores y aprobados por Balaguer.
Las razones eran obvias, en tanto Maximiliano Gómez (El Moreno) representó uno de los liderazgos radicales, más impactante y promisorio de ese período; precisamente por su juventud, su militancia insurgente, su carisma, su singular talento, su condición de obrero y militancia en el MPD. Todas ellas intolerables para las fuerzas de la contrarrevolución imperialista, el Terror de Estado y sus funestos designios.
Cincuenta años sin olvido ni perdón.
Una vida corta, interrumpida con la crueldad indetenible del poder transnacional y local. Pero proyectada más allá de la existencia física de Maximiliano.
Precisamente por su enorme valor traducido en firmeza indoblegable, en impresionante esfuerzo de superación y en rebeldías frente a la copia y el calco derivado del dogmatismo y el seguidismo imperante en esa época,
Por lo que implicó en cuanto a la búsqueda creadora que el propio Moreno denominó “lucha contra el colonialismo ideológico”, enfermedad que afectaba a una gran parte de las izquierdas de entonces a nivel nacional e internacional; difícil de superar cuando el dogma y la dependencia echan raíces y se convierten en forma de pensar y actuar como ha acontecido.
Por eso, los auténticos honores al Moreno hay que asumirlo más allá de los formalismos y las poses, más allá de las flores y las palabras necesarias.
Los reconocimientos a su trayectoria hay que impregnarlos de permanente creatividad y renovación revolucionarias, de pensamiento y acción consecuente, de palabras traducidas en hechos, de insumisión contra el prologado reinado de la voracidad capitalista-imperialista y todas las opresiones; decididos/as a ponerle fin a estos 57 años de contrarrevolución a favor de los tutumpotes, la partidocracia corrupta, el patriarcado criminal y el racismo implacable.
¡Decididos a conquistar el bienestar colectivo, con rostro de socialismo y humanidad liberada, desde el poder de los pueblos!
POR LA COORDINACIÖÓN CENTRAL DEL MOVIMIENTO CAAMAÑISTA-MC:
Narciso Isa Conde
19-05-22 // Santo Domingo, RD