Opiniones

La piratería digital. ¨La guillotina de los derechos de autor¨

Por: Kelvin Pimentel.

Desde el mundo antiguo, desde el lejano pasado, actividades reiteradas del hombre han viajado hasta nuestros días, hechos tan antiguos como el ser humano mismo se reiteran en diferentes estadios tempo-espaciales.

La piratería representa una de esas actividades, constituyendo uno de los actos ilícitos más primitivos practicados por las personas.

Existen diversas referencias, relatos, cuentos, anécdotas e historias sobre la piratería, las más antiguas indican que la misma existía desde el siglo V antes de Cristo. Es posible ubicar las primeras manifestaciones de la piratería en las Costa de Los Piratas, en el Golfo Pérsico, vía que representó un gran riesgo para todas las rutas comerciales a nivel marítimo desde entonces y hasta el siglo XIX.

Al igual que los ciclos en la historia, la piratería fue avanzando en el tiempo hasta conseguir encontrar su máxima expresión entre los siglos XVII Y XVIII, representando entonces, una de las principales preocupaciones para las grandes naciones que gobernaban los mares, por lo que este periodo fue considerado como ¨la edad de oro de la piratería¨.

A pesar de las implicaciones de esta actividad, cuyo castigo solía incluir la muerte, en diferentes momentos de la historia estuvo muy motivada por la pobreza, la debilidad política y el hecho de que representaba una atractiva forma de conseguir dinero fácil.

En su momento, la piratería llegó a conquistar las aguas del mar Caribe, tras cuyas olas se construyeron leyendas sobre esta actividad que hoy es contada al mundo, condimentadas con heroicidad, crueldad, fantasía y hasta admiración, a través de las mágicas pantallas del celuloide, libros, historietas y cuentos.

Los piratas utilizaban como vehículos marítimos embarcaciones privadas o públicas amotinadas con la finalidad de atacar otras embarcaciones, por lo regular mercantiles, en aguas internacionales. También estos ataques se hacían en aguas que en principio no pertenecían a ningún Estado a fin de generar riquezas tanto con estas transgresiones como con el negocio de esclavos. No solo los barcos eran objeto de ataques, también los puertos en muchas ocasiones eran víctimas de los actos piratas, quienes asediaron todo lo que tocaban las saladas aguas marinas con sus tropelías, cuyos ataques trascendieron a los anchurosos líquidos océanos y navegaron a tierra firme donde la actividad evolucionó a las piraterías aérea, intelectual, comercial, corporativa, entre otras.

En nuestros días, la piratería navega en un lugar cuyas mareas van mucho más allá del alcance de las olas del mar y su vasto imperio, navegan en el ciberespacio, convertido en un casi infinito océano digital, que permitió el surgimiento de formas de piraterías que coexisten libremente con todas las cosas pasibles de estar en la red. Un mar de datos, inmenso y sin límite alguno, el que ha conseguido atraer la piratería del mundo físico al cosmos digital, dando al traste con el nacimiento de manifestaciones propias de piratería que solo son posibles en el ciberespacio.

Ahora es común hablar sobre piratería informática, describiéndola como los ataques cometidos a través de la red mediante el uso de dispositivos electrónicos, por medio a accesos ilícitos que terminan dañando dispositivos de terceros o recogiendo información de forma ilegal sobre las personas. Pero la piratería no solo se manifiesta en el ciberespacio a nivel informático, de igual modo existen formas de piratería que representan una afectación a los derechos de propiedad intelectual.

Los derechos de propiedad intelectual, procuran el reconocimiento de las creaciones e invenciones, así como la explotación de las obras y creaciones que son el producto de la genialidad del intelecto humano. Uno de estos derechos es el derecho de autor, siendo su antítesis, la reproducción ilegal del material sujeto a la protección de este derecho, tales como; libros, música, videos, películas, programas de ordenadores y video juegos. Cuando estas conductas son cometidas a través de la red, desde el ciberespacio o mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, aparece una nueva forma de piratería, ¨La piratería digital¨.

Esta modalidad de piratería es de la más comunes, por no decir que la más, y se beneficia y aprovecha al máximo las características del ciberespacio. La piratería digital se auxilia de la gratuidad que ofrece el ciberespacio, en relación a la facilidad de las personas de acceder a cientos de sitios en el internet sin mayores costos que el uso de la red, lo cual coloca a los piratas en condiciones de poder ofrecer material sujeto a derecho de autor a través de sitios en el internet, así mismo la capacidad de difusión que tiene el ciberespacio enfocado precisamente en la ausencia de fronteras, hace que se encuentre la piratería digital con un espacio tan basto como los confines mismos del océano para la distribución de material ilegal sujeto a los derechos de autor.

En la actualidad son cientos los sitios en el internet que podemos encontrar en donde es fácil descargar libros, videos, películas, videos juegos, programas de computadora e imágenes de todo tipo. De hecho, todo esto es posible desde los navegadores convencionales que se usan para tener acceso a los sitios webs que están indexados, ni siquiera se requiere de algún tipo del navegador especial que permita el acceso a la Deep web a los fines de tener contacto con ese tipo de material. Con cada día nacen miles de sitios como estos, los cuales ofrecen mayores posibilidades y facilidades para que las personas se puedan hacer con este contenido. Es tan así, que es posible afirmar que la descarga de archivos de la red es una de las actividades más comunes en el ciberespacio.

Estas prácticas y su constancia, han creado una normalización de la piratería digital, al punto de que es común acudir a sitios como ¨Cuevana¨, a los fines de poder ver las películas recién estrenadas en el cine sin tener que acudir a las salas de los cinemas y pagar el costo de las boletas, de hecho, el cine pierde más de 400 millones de dólares al año producto de este tipo de piratería. Es también común descargar programas de ordenador ¨parcheados o crackeados¨ o ir al centro de computadoras más cercanas a formatear nuestros dispositivos a los fines de poder hacernos con la copia más reciente de Windows, evitando entonces el pago de las respectivas licencias por este programa para ordenadores, practica incluso que en ocasiones es replicada por instituciones públicas. Este tipo de actividad genera pérdidas por más de 84 millones de dólares al año en empresas como Microsoft.

La piratería digital genera inmensas perdidas en contra de personas y empresas que han dedicado años de investigación, preparación y esfuerzo para practicar el arte y el desarrollo de la tecnología, lo cual impide que los verdaderos intelectos que dieron origen a las obras puedan disfrutar de sus beneficios y, en contrapelo, aquellos que no han dedicado esfuerzos al desarrollo de estos derechos puedan reproducir el contenido sujeto a derecho de autor y distribuirlo de forma libre por el cosmos virtual, recibiendo como producto de esta actividad miles de millones de dólares al año, lo cual convierte a la piratería digital en uno de los delitos más lucrativos que se pueden cometer en el ciberespacio.

En Republica Dominicana la piratería digital es un delito muy común, de hecho según publicaciones recientes, en nuestro país uno de los sitios en el internet más visitados por los dominicanos es Cuevana, solo por retomar el ejemplo, para apuntar que de igual forma es bastante común el uso de programas de ordenador sin el pago de las licencias, así como, que parece una condición indispensable para la compra de consolas de videos juegos que se anuncie con normalidad que las mismas han sido modificadas o hackeadas como normalmente son anunciadas sin tapujos.

Todo esto ocurre, muy a pesar de que, la ley 65-00, norma especial dedicada a la protección de los derechos de autor y que sanciona la reproducción ilegal del material protegido por dicha ley. Sin embargo, la norma no sanciona como tal la piratería digital, no al menos con la mención de ¨Piratería digital¨ como es conocida la infracción en el lenguaje moderno de los ciberdelitos, más bien la ley 53-07 sobre crímenes y delitos de alta tecnología, indica que todas las infracciones en virtud de la ley 65-00 y 20-00 (propiedad intelectual) conforme a dicha ley serán considerados como ciberdelitos, como consecuencia de la reproducción al margen de la ley de la materia, de productos sujetos a los derechos de autor y su distribución a través de la red, lo que según esta disposición legal será considerado como un ciberdelito, cuyas características nos indica que estaríamos hablando de la piratería digital.

Sin embargo, partiendo de las tantas formas de la piratería digital, la formula legislativa para nuestro país deviene en un instrumento que abre las puertas a la persecución de este tipo de infracción, pero no una persecución que permita sancionar en su justa dimensión las diferentes formas de piraterías digitales que pueden manifestarse en la red, mucho menos con el impacto que causa la piratería digital en los derechos de autor, al punto que sería pertinente afirmar, que es esta, la piratería digital, “la guillotina de los derechos de autor¨. Y es que, no existe mayor ofensa y daño a los derechos de autor que la piratería digital.

En verdad, ¿Sabías en que consistía la piratería digital?

El autor es Ministerio Público en San Francisco de Macorís.

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