La política partidista, en la mayoría de los casos, es ingrata.
Se lucha tenazmente hasta conseguir el poder político y el control del Estado.
Por José Núñez
Los héroes de esa victoria son abnegados dirigentes medios, dirigentes zonales, militantes y simpatizantes que se lanzan a hacer el trabajo político en las calles, en los callejones, en los barrancones y en las orillas del río.
Resulta que en un ministerio nombran un personaje que no es político, y éste que no sabe cómo se sufre buscando votos, no le interesa los compañeros. Uno que no es político, nombrado en un cargo político y no vincula en su ministerio a los que son políticos.
¡Ironía de la política! ¡veleidades del partidismo!
Y peor aún, nombran un funcionario que es político, y si conoce los actores políticos, pero se endiosa y no recibe a la dirigencia y hasta llega a decir: “los compañeritos” joden mucho.
Y aparecen los llegados de última hora, que no conocen la trayectoria de los compañeros , y los encumbran por encima de los verdaderos y fogueados dirigentes; y ocupan cargos de importancia como una alcaldía, un organismo descentralizado, una dirección estratégica, una superintendencia, un instituto, etc.
Estos señores, que la mayoría de la dirigencia no saben de dónde salieron, en vez de ayudar a los compañeros, los ignoran, los maltratan y le quitan el derecho al trabajo, derecho fundamental establecido en la Constitución Dominicana.
¡Qué ingratos son los políticos de esa calaña!