Tropas militares bloquean paso a periodistas y campesinos en Valle Nuevo
Por Robert Vargas / Fotos Cinthia Polanco
Valle Nuevo, Constanza.- Tropas militares bloquearon el paso a un grupo de campesinos, al padre Rogelio Cruz y a periodistas de distintos medios de comunicación que se dirigían hacia «El Castillo», un paraje en el cual el gobierno pretende desalojar a productores agropecuarios que están asentados allí desde hace unos 50 años.
El grupo salió desde Constanza y ascendió por una carretera en mal estado junto a un precipicio.
Al girar en un recodo, se encontró con un nutrido contigente de militares, la mayoría con el rostro cubierto con pasamontañas, algunos con escopetas calibre 12 mm y al menos uno con rifle de asaltos automático del tipo M16.
En medio del camino habían colocado una tabla con cientos de clavos hacia arriba con la intención de que los neumáticos de los vehículos se poncharan, lo que pudo provocar que los todoterrenos se fueran al vacío y , eventualmente, provocar una tragedia.
Los soldados enviados allí por el gobierno tenían instrucciones de impedir que el grupo, incluidos los periodistas, ascendieran hacia «El Castillo» y «El Convento», donde decenas de campesinos junto a sus hijos han dicho que están dispuestos a morir si se pretende materializar el anunciado desalojo.
La situación ante las tropas pudo ser salvada por la intervención resuelta del sacerdote católico Rogelio Cruz quien reclamó la presencia en el lugar de oficiales superiores del Ejército Nacional establecidos en la zona.
«La acción del pasado sábado contra los campesinos y los periodistas demostró que el gobierno está dispuesto a usar la violencia de las armas contras los campesinos que resistan el desalojo».
Cruz dijo que temía por su seguridad y la del resto de la comitiva ante la agresividad de los soldados.
Algún militar pretendió evitar que Ciudad Oriental se adelantara para grabar en vídeo lo que sucedía.
Los vehículos en que el grupo se desplazaba hacia la cima bloquearon el tránsito momentáneamente, por lo que desde ese punto era imposible subir o bajar la montaña.
Un oficial superior, que dijo ser un general, conversó por la radio de comunicaciones de un militar y prometió al sacerdote que su integridad y la del grupo sería respetada.
Cruz exigió que fueran retirados del lugar todos los militares que tenían los rostros cubiertos con pasamontañas y que «nos han recibido como si nosotros fueramos delincuentes».
Tras la conversación entre el sacerdote y el general, la comitiva continuó su recorrido por caminos rocosos y humedos hasta llegar a «El Castillo», donde el miedo, la indignación y la desesperanza se ha apoderado de decenas de familias cuyos integrantes solo saben labrar la tierra, en la que producen distintos rubros que son vendidos en los mercados de la capitaly otros lugares del país.
Ellos serán desalojados por el Gobierno, que los tilda de «depredadores», mientras protegen a grandes ricos que han destrozado una parte del parque nacional para construir carreteras que los lleven hacia sus lujosas villas en la Cordillera Central.
Mientras el gobierno se propone desalojar a estos campesinos, se hace cómplice de multinacionales como Falcondo y BarrickGold, que destruyen una parte de la Cordillera Central, incluso, esas mismas autoridades colaboran para que loma Miranda sea también destruida por una multinacional que ha sido favorecida con una licencia para explotar un yacimiento de oro.