¿Pilato sabía del crimen?

Por Nelia Rodriguez
En enero de 2024, todas las encuestas y la percepción en los barrios indicaban que iba a ganar la alcaldía del municipio más grande del país un candidato de la oposición, caracterizado por su solidaridad, decencia y generosidad. Los datos revelaban que el anticristo, conocido por su mitomanía, narcisismo, dureza de corazón y temas oscuros relacionados con pintura y seguros, no podía ganar en febrero, por más mercadeo que hiciera con su negocio de la fe.

El 18 de febrero, los centros de votación fueron asaltados por bandas de antisociales. Las carpas, llenas de activistas electorales con fajos de billetes de alta denominación dentro del perímetro de los lugares para votar, parecían grandes ferias bancarias dando préstamos en efectivo.

Días antes había temores de que la voluntad popular pudiera torcerse con la visita al municipio del jefe de la ola monetaria, aquel a quien algunas bocinas llamaron el center field de los funcionarios, el que más terreno económico cubría.

El dinero de las sustancias prohibidas y el de la salud de los pobres circuló en ese municipio como un río desbordado en medio de una tormenta.

Todos los comunicadores bocina elogiaban al center Field, al hombre que podía aplastar con dinero a cualquier enemigo y sacar de la pobreza a quien él quisiera. Si todo el pueblo, cuando iba a comprar sus medicamentos de alto costo, descubría que alguien ya había usado sus fondos; si a los usuarios del seguro contributivo que no usaban la compra de medicamentos ambulatorios un mes antes, al consultar su cuenta solo les quedaban 500 pesos de doce mil, no hay excusa para que Pilato se haga hoy el ofendido.

Cuando el mal se extendió tanto que surgieron denuncias públicas de periodistas respetados y líderes de la oposición, el señor Pilato defendió a capa y espada al nombrado center field, quien le había robado la salud al pueblo y le había quitado la vida a muchos niños y ancianos que necesitaban sus medicamentos.

Hoy, los tumbapolvos, chupamedias y parásitos que se alimentan del presupuesto nacional elogian a Pilato porque ha permitido que parte del entramado criminal esté siendo procesado, incluyendo al famoso center Field, que le aseguró su reelección con el golpe de febrero.

Como no estoy dentro de la mente de nadie, vamos a darle el beneficio de la duda de que solo la encargada de ética, el director de compras del Estado y Pilato no sabían del crimen, que era un grito a voces en las conversaciones de millones de personas.

Tomando como buenos y válidos los argumentos de las bocinas que dicen que Pilato fue traicionado y engañado por ese amigo, entonces no está en condiciones mentales ni para gobernar una granja de pollos.