
PLD: Duro de Matar
Por: Basilio Ferreras
El doctor Leonel Fernández, en su condición de presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), hablando de la grandeza y fortaleza de este partido llegó a decir de manera muy enérgica: «…el PLD es una fábrica de presidentes…», fundamentando su planteamiento en razón de que existían liderazgos fuertes, tales como Francisco Domínguez Brito, Margarita Cedeño, Abel Martínez, Julio César Valentín, José Tomás Pérez, entre otros más. Sin embargo, llegada la hora de seleccionar internamente un candidato que represente al PLD en las elecciones, el doctor Fernández, quien ya había sido presidente del país en tres ocasiones y el licenciado Danilo Medina, quien era el presidente y estaba inhabilitado constitucionalmente para aspirar a postularse nuevamente, no fué posible que el doctor Fernández le diera valor a sus palabras sobre la fábrica de presidentes, y como una gran obstinación se aferra a la idea de que él y solo él debe ser el candidato del PLD, dejando a un lado la posibilidad de seleccionar uno de los otros dirigentes con las cualidades para ser candidato.
El Partido de la Liberación Dominicana venía sufriendo una descarnada lucha en su principal liderazgo, a raíz de que se rompió el equilibrio del fenómeno que he llamado «Leudan» (control absoluto del PLD por parte de Leonel y Danilo). Es a partir del año 2015 cuando se nota con mayor evidencia esa ruptura, y queda consumado el 19 de octubre del 2019, con la renuncia de Leonel Fernández.
Todos recordamos los epítetos y malos deseos expresados contra el PLD en el discurso de la división, dónde se hicieron promesas como la de «sacar la camarilla engreída que estaba en el palacio», hacer alianza con quién fuera para sacar al PLD del gobierno. Desde aquel momento y hasta ahora el PLD ha estado bajo los más despiadados ataques y confabulaciones incitadas por quienes ya no están en está organización.
A nadie le debe albergar la duda de que el objetivo principal de este adversario es la destrucción total del Partido de la Liberación Dominicana. A pesar de todas esas adversidades el PLD está vivo en la conciencia de una amplia parte de la población que aspira y desea su regreso a gobernar este país. Es la razón por la que se debe mantener el orgullo de ser parte de un partido que es Duro de Matar.
Nuestro adversario solo ve al PLD como la única fuente inmediata que tienen para su crecimiento, y en ese sentido están permeando la conciencia de algunos de nuestros dirigentes haciendo creer que sería positiva una alianza en la parte municipal, lo cual es absolutamente falso, solo quieren que le garanticemos los espacios que se llevaron los que renunciaron. La mejor muestra es que si hacemos una breve mirada en cada provincia, municipio o circunscripción no encontramos uno solo de sus militantes con posibilidad de ganar una candidatura de elección popular, ni siquiera en los lugares donde, después de ser electos en la boleta del PLD se robaron esa posición; porque se llevaron el cargo pero no a la simpatía de la gente.
Los resultados de las elecciones pasadas (2020) están a la vista de todos y lo que dicen es que a pesar de que algunos diputados electos en la boleta del PLD han dado el paso del transfuguismo, nuestro partido cuenta con más de cincuenta (50) diputados y alrededor de la misma cantidad de alcaldes, mientras que nuestro adversario sólo tiene alrededor de 20 diputados y si tiene algún alcalde es fruto del transfuguismo.
Estos datos demuestran, de manera contundente e inequívoca, que quien está ocupando la segunda posición en las simpatías del electorado con miras a las elecciones del 2024 es el Partido de la Liberación Dominicana, más aún cuando estamos justamente a un año de la realización de las mismas.
Tomar como un hecho consumado los resultados de una encuesta, no es una estrategia sería de un político, (a menos que sea para engañar) ya que éstas no son más que una muestra momentánea, sabiendo que las elecciones se realizarán dentro de exactamente un año.
Salgamos de los locales a buscar al PLD que está en las calles, y digámosle que tenemos un candidato presidencial que se llama ABEL MARTINEZ, y de igual manera quienes son nuestros candidatos locales. Convencidos de que nuestro peor adversario, el más peligroso, es quien nos quiere destruir.