República Dominicana toma la decisión correcta al negar la entrada al primer ministro haitiano Ariel Henry
Estrategia de utilizar territorio dominicano como plataforma amenazaba soberanía
Por William Perdomo
La decisión del Gobierno de República Dominicana de no permitir la entrada al país del primer ministro haitiano Ariel Henry fue correcta. Henry intentó ingresar a territorio dominicano por la ola de violencia en la vecina nación.
De haberse permitido su ingreso, hubiera involucrado al país en el conflicto interno que vive Haití, poniendo en riesgo la estabilidad y las relaciones entre ambos países.
La situación en Haití es extremadamente delicada, con bandas criminales y grupos políticos opositores impidiendo el retorno de Henry al poder.
El plan inicial era que el primer ministro aterrizara en República Dominicana y luego tomara un helicóptero para entrar a Haití, una maniobra que claramente buscaba utilizar el territorio dominicano como plataforma para intervenir en los asuntos internos haitianos.
Esta estrategia, impulsada por Washington, ponía en riesgo la soberanía y la neutralidad de República Dominicana en un conflicto que no es suyo.
Las autoridades dominicanas actuaron con prudencia al negar el permiso de aterrizaje, evitando así verse arrastradas a una crisis diplomática y potencialmente violenta con su vecino.
La decisión de no permitir la entrada de Henry ha sido aplaudida en Haití por aquellos que se oponen a su mandato interino.
Mientras tanto, el ministro de defensa dominicano recorre la frontera asegurando su control por parte de las fuerzas armadas, una medida preventiva ante cualquier escalada de la violencia.
Por su parte, el lider de la coalision de las bandas armadas en Haití, Jimmy Chérizier, alias ‘Barbecue’, afirmó que el primer ministro de Haití, Ariel Henry, debe dimitir o, de lo contrario, advirtió de que el país se encamina a un «genocidio».
«Si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos dirigimos directamente a una guerra civil que acabará en genocidio», advirtió este expolicía.
Con un potente fusil y un arma de largo alcance, ‘Barbecue’ subrayó que la comunidad internacional, principalmente Estados Unidos, Canadá y Francia, será responsable de todas las personas asesinadas en Haití, en donde en los últimos días se han registrado jornadas violentas con una decena de muertos.
En medio de este clima de tensión, se espera que el artífice del golpe de Estado se expresidente Jean-Bertrand Aristide en 2004, Guy Phillippe, con el apoyo de las bandas y algunos partidos políticos asuma el control del gobierno haitiano, en un movimiento que podría desencadenar nuevos enfrentamientos por el poder.
Henry, por su parte, en las próximas horas viajará a Nueva York, donde podría buscar apoyo internacional para su causa.
La República Dominicana negó el aterrizaje a un avión en el que se transportaba el primer ministro de Haití, el cual tuvo que hacerlo ayer martes en Puerto Rico,
Henry llegó a Puerto Rico luego de que saliera del Aeropuerto Teterboro, de Nueva Jersey, Estados Unidos.
Tampoco le permitieron entrar por el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, ubicado en Puerto Príncipe, Haití, tampoco permitió el aterrizaje del avión de Henry porque esta terminal se mantiene como blanco de tiroteos, cuyo control intentan tomar las bandas.
Cabe destacar que Henry había viajado recientemente a Guyana para asistir a la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) y luego a Kenia, donde firmó un acuerdo para el despliegue de una misión de seguridad.
Su objetivo era obtener respaldo internacional para luego organizar elecciones presidenciales transparentes en Haití con la ayuda de la comunidad internacional. Sin embargo, los crecientes disturbios internos han obstaculizado estos planes.
La situación en Haití es compleja y volátil, con intereses encontrados y una larga historia de inestabilidad política. República Dominicana ha actuado con sabiduría al mantenerse al margen, priorizando la paz y la estabilidad en su territorio.
Sin embargo, es crucial que la comunidad internacional trabaje de manera conjunta para encontrar una solución pacífica y duradera a la crisis haitiana, que respete la soberanía y la autodeterminación de su pueblo