Una vida sin proposito
Por Quilvio Vásquez.
Muchos afirman..El Ateo no tiene propósito. No soy partidario de ese concepto, el Ateísmo es una Filosofía. Yo soy Ateo y tengo propósito. Mis metas no son individuales, porque ser ateo hacen comunes mis propósitos con todos aquellos que viven la vida sin Dioses. Para nosotros los ateos el mejor de todos los mundos, es un mundo donde no exista la palabra Dios.
No hay dioses, ni diosas que determinen el curso social, el curso individual.
Los ateos sabemos que el bienestar social o individual es el fruto de una lucha constante contra nuestros males. Nuestros males se formaron con nosotros, por eso vemos la vida como una lucha de duro proceder, nacemos con más de 40,000 enfermedades congénitas a las cuales tenemos que vencer, tenemos desastres naturales, como los ciclones, tornados, volcanes, inundaciones, sequías, avalanchas, terremotos, maremotos, las plagas, y encima de eso tenemos que aprender a pensar enfrentando los mayores obstáculos que son las ideas religiosas y la idea Dios.
La influencia de nuestra formación religiosa, impuestas en nuestros hogares y escuelas puede hacernos pensar que los ateos no tenemos, ni debemos tener un propósito en la vida, pero no es así porque las necesidades de nosotros no se satisfacen con una oración, porque esas ilusiones terminan cuando llegas a la realidad. Los ateos sabemos que se violan nuestros derechos a una educación libre de toda influencia religiosa. Sabemos que las religiones impiden la Educación de los principios fundamentales de la Filosofía. Nos hacen crecer ignorantes y por eso vemos el mundo depender de la voluntad de un Dios que no existe.
El Ateo siempre quiere saber, el creyente cree que su dios es la explicación de todo.
El político puede ser Ateo o creyente, pero prefiero un político Ateo porque un político Ateo, sí de verdad es Ateo, nunca dirá hasta que Dios quiera, cuando Dios quiera, ni con la gracia de Dios.