
A la avenida Venezuela le apagaron «la pámpara»; ni un alma fue a celebrar la llegada del 2020
Por Robert Vargas
De nuevo las autoridades volvieron a a desplegar cientos de tropas policiales y militares en la avenida Venezuela para brindar seguridad a una multitud que nunca llegó a esa vía, ni siquiera para celebrar la llegada del año 2020. En pocas palabras, le «apagaron la pámpara».
Se trata de una escena que se repite año tras año desde el 2014, pero que anoche y esta madrugada alcanzaron el climax del desgano y la apatía de la población, que dejó de ver en la avenida Venezuela el espacio por excelencia para las grandes celebraciones.
Cuando el reloj marcó las 12 de la noche del 31 de diciembre, en varios lugares próximo a la avenida Venezuela fueron disparadas bengalas y otros fuegos artificiales, pero en la vía en la que se presumía se concentraría una multitud repleta de alegría no fue encendido ni un cerillo ni se escuchó el estallido de «un garbanzo».
La calle estaba desierta y los policías y militares que la custodiaban se dedicaron a grabar con sus teléfonos celulares los fuegos artificiales que se observaban a la distancia.
Luego ellos mismos, policías y militares, se fundieron en abrazos deseándose felicidad en el año que acababa de iniciar.
Cualquier día de la semana regular es más concurrido en esa popular vía que lo que sucedió anoche y esta madrugada.
Ni un merengue, una bachata, un reguetón, un dembow ni una salsa.
Nada.
Absolutamente nada de diversión.
A la avenida Venezuela le «apagaron la pámpara».
Sus años de esplendor se hundieron en el pasado y ya dejó de ser la mayor discoteca a cielo abierto del país, para, en situaciones como la de anoche y esta madrugada, pasar a ser una vía desértica,, triste y sin alegría.
¿Significa eso que la gente recibió el año 2020 con tristeza en SDE?
Negativo. En los barrios de Santo Domingo Este la parranda y el jolgorio se extendieron hasta bien entrada la madrugada.
Los colmadones estuvieron repletos de clientes que disfrutaron, en muchos casos, casi hasta el amanecer.
Muchas familias se reunieron en sus hogares donde improvisaron fiestas, cantaron y bailaron por la llegada del nuevo año.
Entonces, ¿Qué es lo que ha sucedido en la avenida Venezuela?
El declive comercial en término de diversión a cielo abierto inició en esta vía hace varios años cuando fueron establecidos controles para evitar la creciente contaminación sónica que ocurría todo el año y atraía a multitudes inmensas desde todos los barrios de SDE y del Distrito Nacional.
Incluso, una gasolinera de la vía fue convertida en una discoteca improvisada sobre decenas de miles de galones de gasolina.
Desde la calle José Cabrera hasta la avenida Las Américas crecían los negocios de diversión que colocaban potentes equipos de sonido proyectados hacia afuera, por lo que la gente bailaba en la calle y llevaba sus bebidas desde los colmados de la periferia o las adquirían en los establecimientos del lugar.
En ocasiones como el 24 y el 31 de diciembre, era prácticamente imposible transitar en vehículos por lo que las autoridades asumieron el control convirtiéndola en peatonal.
La facilidad de acceso a la Venezuela desde todos los barrios de SDE y del Distrito Nacional la convirtieron en un atractivo que dinamizaba la economía de la zona.
En el año 2007, el entonces alcalde Juan de los Santos realizó en esa vía, en la intersección con la avenida Las Américas, una fiesta que atrajo a multitudes.
Años más tarde, en ocasión de uno de los desfiles del carnaval, también realizaron otra fiesta con varias orquestas.
Sin embargo, de repente esas iniciativas fueron tiradas por la borda y se pretendió mover a la gente hacia el hermoso malecón de Santo Domingo Este, de difícil acceso para los que residen en otros barrios que no sean los de la periferia.
Así, la avenida Venezuela se fue quedando sin público en fechas claves como el 31 de diciembre de cada año. mientras el resto del año se llena de alegría en el entorno de las grandes discotecas.
Los propietarios de estas aprovecharon para desplegar su propia estrategia y colocar su música «hacia adentro», por lo que para la mayoría no resultaba gracioso ir a divertirse y tener que pagar grandes sumas de dinero por una bebida.
Algunos empresarios de la zona son partidarios de que, en ocasiones de celebraciones especiales, como año nuevo y el carnaval, se concedan licencias especiales para permitir colocar música hacia afuera de sus locales y carpas en las que vender comida y bebidas en envases de plásticos.
Por estas licencias, los comerciantes pagarían un arbitrio a la ciudad y dinamizarían la economía, mientras las autoridades organizan espectáculos frente al parque Juan Pablo II.
-«Sería esa una forma de retener a la población en Santo Domingo Este y evitar que esta se vaya al malecón de la capital», comentó un comerciante.
Sin embargo, lo rigorosa y totalmente cierto es que anoche y esta madrugada en la avenida Venezuela no hobo ningún tipo de celebración.
Otra persona alegó que lo sucedido anoche fue una consecuencia de la aniqulación de la red de César El Abusador, que era propietario de al menos dos discotecas en el entorno.
Sin embargo, esa teoría no parece ser sostenible porque una de esas discotecas de César El Abusador no existía cuando la avenida Venezuela era popular, y la otra, no había sido inaugurada el año pasado cuando pasó a manos del capo.
Reto para las nuevas autoridades
Lo que sí parece quedar claro es que las nuevas autoridades del ASDE tienen el reto de recobrar el esplendor y la alegría de la avenida Venezuela, mediante el estímulo del desarrollo controlado tanto del comercio como de la diversión combinando de forma adecuada los derechos de los ciudadanos a la tranquilidad y estímulo al comercio y la diversión sana.