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Bajo gestión de Alfredo Martínez, el Concejo de Regidores se hunde en el desprestigio y se transforma en un órgano «bueno para nada»

Por Robert Vargas
Este día viernes el Concejo de Regidores, controlado en forma absoluta desde el año 2006 por el Partido de la Liberación Dominicana, deberá renovar su bufete directivo, y lo hará tras quedar atrapado por el desprestigio, la vagancia y el haber llegado a la triste categoría de ser «bueno para nada».

El Concejo ha derivado en una suerte de «huacal lleno de botellas» al que la Ciudad le paga cada mes más de siete millones de pesos, sin contar el río de dinero destinado al pago de la nómina de empleados que debe de servir de soporte a los concejales, y en la cual aparecen nombres de personas que nunca van al Palacio Municipal a desempeñar alguna función.

De la enorme nómina del Concejo, solo un puñado de empleados van cada día a sus puestos de trabajo, mientras que la mayoría de los regidores ni siquiera se aproximan al Palacio Municipal para justificar, aunque se por vergüenza, sus jugosos sueldos.

El 16 de agosto del año 2016, cuando Alfredo Martínez asumió la Alcaldía, este exigió, reclamó y maniobró para lograr que se cumpliera la desacreditada «regla de oro», que no está inscrita en ninguna ley, pero que pone de acuerdo a las cúpulas partidarias para que el síndico tenga el control del bufete directivo del Concejo, con lo que resta a este órgano de sus reales funciones fiscalizadoras, normativas y legislativas.

Durante los primeros dos años de la actual gestión, el Concejo fue presidido por Ana Tejada, la veterana regidora que se considera ser como «una madre» de El Cañero, como se identifica el alcalde.

En esos dos años, Tejada siguió al pie de la letra las instrucciones de Martínez, aunque en algunos momentos se le rebelaba.

En ese tiempo hubo algunas señales de «independencia» llegados de la mano del entonces Vice Presidente, Felito Rodríguez, del PRD, quien llegó a confrontar al síndico desde su posición, por lo cual fue «castigado» y sacado del cargo a la menor oportunidad para ser sustituido por un reformista, Abraham Reyes, que en tres años de gestión apenas ha tomado un solo turno y  ha demostrado ser un fracaso total como regidor.

El tercer año de gestión, que ya concluye, el Concejo de Regidores ha estado bajo el control de Luis Flores, el veterano concejal que asumió por primera vez el 16 de agosto del año 2006 y, desde entonces, ha sido reelecto en dos ocasiones y aspira a un cuarto período.

En el actual mandato de Flores, la productividad del Concejo se ha desplomado y, de paso, se ha convertido en una especie de «club de amigos» bien pagados por la Ciudad.

Flores, como líder del Concejo, ha sido incapaz de mantener productivas las comisiones que él ha conformado y que, mayoritariamente, son presididas por regidores del Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados.

En las últimos tres meses, los concejales se reunieron apenas en tres ocasiones y ha sido solo para justificar la paga, con agendas insulsas y escurriendo el bulto para no tratar temas que realmente interesan al municipio.

A pesar del descalabro total del prestigio del Concejo de Regidores en este último período, bajo la dirección de Luis Flores, este quiere permanecer en el puesto durante lo que resta de la actual gestión del ASDE y es altamente posible que logre su propósito.

Más interesante resulta conocer que el alcalde Alfredo Martínez maniobra y exige ante el organismo peledeísta que actúa con los ayuntamientos y municipios, que Flores siga al frente de la Sala Capitular.

Resulta más que evidente que al alcalde Martínez le conviene que el Concejo de Regidores siga siendo como hasta ahora, un organismo que no legisla ni fiscaliza a la Alcaldía, la que actúa a su antojo y, cuando en ese órgano alguien se aventura a reclamar y a denunciar presuntas o reales irregularidades o actos de corrupción, son enfrentados de manera resuelta y radical, o burlona, por Flores y sus colegas peledeístas.

Ante el descalabro del Concejo, Flores ha culpado a sus colegas por ser unos «vagos» que no rinden informes.

Sin embargo, Flores cuando hace esa crítica, se abstiene de mencionar que quienes presiden las comisiones, mayoritariamente, son los «vagos» peledeístas impuestos por él y bendecidos por el Alcalde.

En todo esto, la oposición ha carecido de fuerza para hacerse sentir, por estar en minoría, o por ser aliada, por lo bajo, del oficialismo.

Esa oposición ha estado representada, esencialmente, por los regidores que  se han relacionado con el Frente Amplio, el PQDC y el BIS, mientras que los concejales del PRM se han comportado casi todo el tiempo como aliados del alcalde Alfredo Martínez.

Llama la atención, sin embargo, las actuaciones del regidor oficialista Danilo Mesa, quien a pesar de ser del PLD, ha mantenido una postura coherente en sus funciones fiscalizadoras, normativas y legislativas, aunque en algún momento ha sucumbido «por disciplina».

Por igual, crítico con la actual gestión ha sido el  regidor del PRD Felito Rodríguez.

A pesar de esto, el control absoluto del órgano fiscalizador, normativo y legislativo del ASDE lo ha tenido el Alcalde Alfredo Martínez, que lo ha llevado, hasta el día de hoy, a una parálisis casi total convirtiendo a la aplastante mayoría de concejales en vagos buenos para nada.

Interesante es también conocer que la aplastante mayoría de estos «buenos para nada» aspira a la reelección y es seguro que algunos lo lograrán.

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