Por Jarlen Espinosa /Video y texto
Cuando la dirección de Ciudad Oriental me asignó la tarea de cubrir el acto que en honor al fallecido dirigente de la Fuerza del Pueblo, Domingo Jiménez, presumí que sería una actividad a la que asistirían los funcionario del Ayuntamiento de Santo Domingo Este y cientos de miembros de la FP.
Se trata de que el acto no sería en honor a «cualquier persona», sino a uno de los primeros regidores del ASDE, un líder de la FP y un hombre querido y respetado por todos, hasta por sus adversarios.
Sin embargo, lo que allí vi y grabé en vídeo me caló hondo en el alma.
Solo un puñado de funcionarios del Ayuntamiento y otro puñado de miembros y dirigentes de la Fuerza del Pueblo fueron al acto y todos se sentaron en el lobby del Palacio Municipal.
Nada de multitudes en las afueras del Palacio Municipal, ni para recibir el cadáver ni para despedirlo.
Aquella escena en que el ataúd era arrastrado por varios miembros del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este, sin los compañeros de Domingo Jiménez a su alrededor, de verdad que me impacto.
Y me pregunté ¿Qué habría sucedido si Jiménez estuviera vivo y fuera designado en un cargo en el que pudiera contratar empleados y ayudar a personas necesitadas?
Es seguro, que la escena no sería igual a la que observé hoy en el Palacio Municipal.
Y que no vengan ahora, sobre todo los de la Fuerza del Pueblo, a buscar justificaciones para su actuación. Sería bueno que se guarden sus lágrimas para cuando nadie los vea.
Además, cada vez que hagan un acto y piensen en mencionar el nombre de Domingo Jiménez, no estaría de más que recuerden las escenas que les muestro en el vídeo que acompaña esta nota.
Sin embargo, hay que admitir que a su compañero de partido, Adán Bodden, se le vio en la calle, al final, ayudando cuanto pudiera para que las cosas salieran bien.
Salvaron la situación, mínimamente, quienes fueron y se sentaron en el lobby.
Robert Vargas me dijo que, temprano, Alexandra Peña se involucró de manera actica para superar algunos imprevistos.
De todas maneras, Domingo Jiménez no se merecía, ni se merece ese trato. Debió estar acompañado de todos los que dicen quererle y, sobre todo, de los miembros de la FP en SDE, que hoy parecieron indolentes.
La ingratitud no tiene medida.
Esa será una «mancha indeleble» que permanecerá en el tiempo sobre sus compañeros de la FP.
Los vídeos de abajo muestran el acto completo en honor a Domingo Jiménez, en el ASDE. Allí, todo fue diferente.