Por Robert Vargas La situación del suministro de pollo en República Dominicana es tan critica, que hasta en la franquicia estadounidense PriceSmart de la avenida Coronel Fernández Domínguez (antigua autopista de San Isidro) han comenzado a racionar la venta de ese producto.
Por lo general, en ese establecimiento los clientes (denominados «socios del club») compran los comestibles y otras mercancías en paquetes y sin limitaciones, con lo que reducen el precio de las mercancías.
Sin embargo, aunque existe una marcada tendencia a la subida de precios en todos los alimentos, en el caso del pollo estos han sido limitados y solo son vendidos a los clientes hasta tres items.
La situación se produce en medio de una tendencia a la subida generalizada de los precios de los alimentos, los combustibles y los servicios en República Dominicana, ante la aparente incapacidad del gobierno para contenerla.
Durante las últimas semanas la producción de pollos en las granjas del cibao se ha visto severamente afectada por la subida de los precios de los alimentos.
También por los extensos cortes de electricidad, que es necesaria para alimentar las incubadoras en las que miles de crías son mantenidas con la temperatura adecuada.
De su lado, el Gobierno culpa a la población de la escasez de pollo al atribuirle un supuesto «acaparamiento».
Ya se conoce, sin embargo, que se estaría en proceso de autorizar importaciones masivas de pollo con lo que se le daría un golpe mortal a la producción local de la carne blanca para favorecer a pequeños grupos de importadores.
Con las nuevas políticas oficiales, en apenas un año República Dominicana pasaría de ser autosuficiente en el suministro de pollo a convertirse en importador y, de paso, llevando a la quiebra a los productores locales de la carne blanca.
Claro, sin contar con que hasta los populares pica pollos ya subieron de precio.
