
¿Cayó Jesús Colón en desgracia con el alcalde Dío Astacio?
Por Isaura Estévez
En los círculos del PRM se maneja la tesis de que el alcalde Dío Astacio designó a Madeleine Altagracia Capellán como nueva jefa de Gabinete del Ayuntamiento de Santo Domingo Este, otorgándole la responsabilidad de coordinar la estructura operativa y administrativa del gobierno municipal, funciones que tradicionalmente correspondían al secretario general del cabildo. Esto se interpreta como una maniobra para dejar sin funciones reales a Jesús Colón, quien supuestamente habría violado “la primera ley del poder”.
Según una fuente del PRM, Jesús Colón se consideraba tan poderoso como el propio alcalde, ya que habría sido una figura clave en el triunfo interno del PRM, al supuestamente influir a través de un contacto en la Junta Municipal de Santo Domingo Este en la designación de presidentes de mesas electorales y sustitutos de secretarios, quienes eran los responsables de transmitir los datos y resultados de votación en la convención.
En la actualidad, Jesús Colón está prácticamente “exiliado” en la Parada de la Cultura, un proyecto del ex alcalde Manuel Jiménez. Allí da seguimiento a los cursitos de inglés e informática gestionados en alianza con el ITLA por la administracion, además de colaborar con la Escuela de Arte creada por la pasada administración, junto a una funcionaria más cercana al cantautor que a la gestión actual.
De forma casi maquiavélica, Astacio lo habría degradado a la simple función de “pica pleitos” en la persecución judicial que mantiene contra el periodista Fernando Buitrago, enviándolo repetidamente al Palacio de Justicia. En definitiva, todo indica que la misión del alcalde es mantener a Jesús Colón lo más lejos posible de su despacho entretenido con los asuntos relacionados a Manuel Jiménez .
Sin embargo, otro sector del PRM asegura que fue el propio Jesús Colón quien pidió mantenerse al margen, con la intención de, cuando estalle la “bomba” del caos administrativo y financiero del Ayuntamiento, poder lavarse las manos y decir: “yo no estaba ahí cuando eso ocurrió”.
Una versión alternativa indica que Colón solicitó al alcalde que le retirara algunas funciones relacionadas con ayudas sociales y funerarias para transferírselas a la vicealcaldesa. Luego, habría pedido también ser liberado de la coordinación de la alcaldía. Astacio habría aceptado, al no querer que Colón le siguiera haciendo sombra o desautorizándolo a sus espaldas.
Sin importar cuál versión sea la cierta la del equipo de Astacio o la de Colón lo cierto es que esa relación está más tensa que la Guerra Fría del siglo pasado entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Se mantienen en aparente armonía porque, en el fondo, a ninguno de los dos le conviene una ruptura pública. Sin embargo, por más que lo oculten, todos saben que esa relación no está bien… porque lo que está a la vista no necesita espejuelos.