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Dio Astacio y Robertico Salcedo mienten a Santo Domingo Este

“Para hablar mentiras y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”

Por Jacobo Colón
La noticia del día 5 de mayo del año en curso sobre la firma de un acuerdo entre el alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio, y Roberto Angel Salcedo (Robertico) para supuestamente instalar una escuela de Bellas Artes en el municipio ha generado más desconcierto que entusiasmo en quienes conocemos la realidad.

Un titular publicado por la página de la presidencia dice textualmente:

Roberto Ángel Salcedo y Dio Astacio firman acuerdo para abrir escuela de música y bellas artes en SDE”.

Lo más deshonesto que he podido percibir de dos funcionarios de este gobierno ha sido escenificado por ambos incumbentes, y lo peor es que la página de la Presidencia de la Republica ha recogido y presentado esta artimaña.

Como padre de dos niñas que llevan más de tres años estudiando en la Escuela de Bellas Artes de Villa Carmen, Santo Domingo Este, y con un hijo mayor que también formó parte de esta institución, no puedo evitar preguntarme:

¿Dónde han estado estudiando mis hijos todo este tiempo si, según esta noticia, ahora es que se instalará Bellas Artes en Santo Domingo Este?

La respuesta es bastante clara; la Escuela de Bellas Artes de Santo Domingo Este no es una novedad, desde el año 2018 está funcionando en el sector de Villa Carmen, gracias a un acuerdo establecido entre el entonces Ministro de Cultura, Pedro Berges y el exalcalde Alfredo Martínez.

Este centro ha sido un espacio de formación artística para cientos de niños y adolescentes, contribuyendo al desarrollo cultural del municipio.

Presentar su “instalación” como una iniciativa nueva no solo es desconcertante, sino que raya en la deshonestidad.

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Dio Astacio en su búsqueda de atención y popularidad puede llegar a extremos insospechados, incluso al punto de distorsionar la verdad para atribuirse méritos que no le corresponden.

En este caso, el anuncio del alcalde parece aprovechar el desconocimiento de una parte de la población sobre la existencia de esta institución.

Es un intento de capitalizar políticamente un logro que pertenece a gestiones anteriores, en lugar de enfocarse en fortalecer o ampliar lo que ya existe.

Nadie niega que la Escuela de Bellas Artes de Santo Domingo Este merece mejoras.

Su funcionamiento en un salón multiusos evidencia la necesidad de una infraestructura más adecuada, con espacios diseñados específicamente para la enseñanza artística.

Un verdadero aporte habría sido anunciar la renovación de las instalaciones, la ampliación de los programas educativos o la incorporación de nuevas disciplinas artísticas.

Pero presentar como nuevo algo que lleva años funcionando es, en el mejor de los casos, una falta de rigor, y en el peor, un engaño deliberado.

Esta estrategia subestima a la ciudadanía, que merece transparencia y respeto, pero, sobre todo, la verdad.

La cultura no debería ser un terreno para el oportunismo político sino un sostén fundamental para el desarrollo de una sociedad, y su promoción debe estar basada en hechos concretos, no en titulares sensacionalistas.

Como padre de dos niñas que estudian en Bellas Artes Santo Domingo Este, me preocupa que estas maniobras desvíen la atención de las verdaderas necesidades del municipio.

En lugar de “Hacer acuerdos” de lo que ya existe, las autoridades deberían enfocarse en fortalecer la educación artística, garantizar mejores condiciones para los estudiantes y docentes, y ampliar el acceso a la cultura en todas sus formas.

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Santo Domingo Este merece una gestión que honre su historia, reconozca sus logros y trabaje por un futuro cultural más inclusivo y genuino.

La Escuela de Bellas Artes de Villa Carmen no necesita ser “instalada”; necesita ser valorada, mejorada y promovida con honestidad.

Engañar a la población para ganar aplausos efímeros demuestra falta de visión y liderazgo,

Es una traición a la confianza de quienes creemos que están llamados a hablar con la verdad.

Y han llegado al extremo de poner al gobierno de Luis Abinader a mentirle a la población.

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