Por Robert Vargas
En la denominada «reunión informativa» convocada por una fracción del PRM en su local de la avenida Sabana Larga, al único que se le permitió usar la palabra para dirigirse al público fue a Manuel Jiménez, un hombre al cual, si se mira «patrás», se verá claramente que era del PLD, y se convirtió en bueno cuando pasó al perremeísmo.
A decir verdad, Jiménez no fue el único que habló. Antes que él lo hizo la doctora Anny Mambrú, quien rezó pidiéndole a Dios que no permita que las cosas pasen «a mayores» entre los perremeístas, y el ex alcalde Domingo Batista, quien en el año 2016 fue traicionado por muchos de los suyos para favorecer al ex peledeísta Jiménez.
Sin embargo, quedó claro que a Mambrú solo se le permitiría rezar y a Batista presentar a Jiménez. Más nada.
Según ha conocido Ciudad Oriental en fuentes de la organización, el programa inicial del encuentro incluía la participación con sus ponencias de varios aspirantes a puestos electivos en el PRM.
Mérido Tórres y Darío de Jesús le hacen «el fo» a la reunión informativa de Manuel Jiménez + Vídeo Ciudad Oriental
Sin embargo, el moderador del acto, que es un empleado de Manuel Jiménez en el ASDE, le dio la palabra a este, quien dio un famélico discurso y, una vez concluyó, allí mismo terminó todo, sin que ningún otro dirigente pudiera «informar» de nada.
Dentro del público había una nutrida comisión de empleados del Ayuntamiento de Santo Domingo Este, quienes, al parecer, fueron allí a «hacerle coro» a Jiménez, líder de una fracción radicalizada dentro del PRM.
Lo cierto es que, según pueden comprobar en el vídeo que acompaña esta nota, una parte del PRM confía en que un hombre del «atras» despreciado por el presidente Luis Abinader, les ayude a superar la crisis en el contexto de la realización de la convención de la tolda azul y blanca.
Por lo pronto, ayer quedó demostrado que Manuel Jiménez se metió de lleno en el pleito y opacó a todos los demás dirigentes del PRM.
Esto quedó demostrado con hechos, no con palabras, puesto que a nadie más se les permitió «informar de nada».
Manuel Jimérnez dio su discurso, acabó cuando quiso y allí mismo terminó todo.