Opiniones

Sobre las vedas a productos dominicanos por Haití

«Los intereses mercuriales y el maridaje espurio de la élite comercial con funcionarios del pasado gobierno de Michel Martelly, con argumentos baladíes y falsos, colocaron unilateralmente veda a 23 productos dominicanos de altísimas demandas por parte de la población haitiana, en especial los sectores populares y más vulnerables».

Por Juan López / Desde el Municipio
Entre la R. Dominicana y la vecina R. de Haití existe un amplio y antiguo  intercambio comercial. Durante décadas, por vías área, marítima y terrestre desde nuestro país se abastece el mercado haitiano de una gran variedad de productos, incluyendo  los principales productos de su canasta alimenticia.

Entre ambos países se institucionalizó el intercambio comercial formal. También por las características y carencias del pueblo haitiano surgió un mercado informal que se ha convertido en una realidad económica y social de tal envergadura que, anualmente, mueve más de 700 millones de dólares e involucra, directa e indirectamente,  a unos  5 millones de personas.

Todas las semanas, preferentemente los lunes y viernes, se activan unos 14 mercados binacionales en la frontera dominico-haitiana. Aunque los principales mercados se ubican en Dajabón, Elías Piña, Pedernales, Bánica y Jimaní, también funcionan mercados  informales en los pueblos fronterizos de Los Cacaos y Tiruly, en territorio haitiano. Mientras que en el lado dominicano se comercializa en Hato viejo, Hondo Valle, El Cacique, Gjuayajacuco, Los Cacaos,  Comendador,  Cañada Miguel,  Sabana Real y Restauración.

Haití carece de producción suficiente para satisfacer la demanda para el consumo de su gente (más de 11 millones de habitantes). Como consecuencia de esa objetiva realidad, es que surge y se establece ese mercado informal, a los fines de mitigar la profunda necesidad de artículos de primera necesidad.

Así nace el mercado binacional en la frontera que se lleva a cabo cada semana, al cual, millones de haitianos se las ingenian para cruzar  y llegar en camiones, en carretas, bicicletas y   a pie para abastecerse de los diferentes productos que les venden los  comerciantes dominicanos.

Es válido informar que también comerciantes  dominicanos adquieren productos haitianos, en especial ropa, zapatos y  artesanías.

La veda y los intereses mercuriales

Sin embargo, los intereses mercuriales y el maridaje espurio de la élite comercial con funcionarios del pasado gobierno de Michel Martelly, con argumentos baladíes y falsos, colocaron unilateralmente veda a 23 productos dominicanos de altísimas demandas por parte de la población haitiana, en especial los sectores populares y más vulnerables.

El afán de lucro desmedido y la perversidad mercurial se desnuda cuando esos mismos 23 productos podrían entrar a su territorio sólo por vías áreas y marítimas, lo cual duplica sus precios para los propios haitianos.

Ante esa inconsecuencia política e ignominia económica, El gobierno dominicano, a través de cuatro ministerios realizó gestiones y negociaciones en las que recibían la promesa de levantar dicha veda. Incluso se llegó a la trama de convocar con engañifa la reunión (el 13-10-2015, en Barahona, RD) encabezada por  los Presidentes Danilo Medina y M. Martelly, con el supuesto propósito de superar el impasse y levantar la veda.

Todo resultó ser una treta politiquera del gobierno haitiano para tratar de aminorar las protestas populares internas y favorecer sus candidatos para  las elecciones presidenciales, congresuales y municipales que realizarían en esos días.

¿Quiénes son los más perjudicados con esa veda?

Ahora, como se anuncian elecciones para el próximo 9 de octubre, el gobierno provisional e ilegítimo de Jocelerme Privert, actuando de espalda a las necesidades del pueblo, dispuso que, a partir del pasado 30 de junio, también de forma unilateral,  todas las importaciones de harina de trigo y de cubitos de caldo instantáneo de R. Dominicana deben estar sujetas a nuevas restricciones de importación,  equivalentes a nuevas vedas.

Si bien es cierto que estas injustificadas vedas afectan la economía dominicana y reducen nuestra dinámica comercial, y al mismo tiempo reflejan actitudes hostiles y violatorias de importantes acuerdos del comercio internacionales por parte del gobierno haitiano, ellos son los más afectados.

Los verdaderos perjudicados son los mismos haitianos, en especiales los pobres que superan el 80% de la población, lo cual demuestra que la clase política y funcionarios  haitianos,  en conciliábulos con la élite comercial,  actúan solo para  obtener beneficios personales y aumentar sus riquezas en detrimento de la salud, la educación y la alimentación del pueblo.

Esas inconsecuencias políticas y económicas son las bases que, de más en más,  profundizan la inestabilidad política y social y por ende  la miseria que mantiene a la R. de Haití como el país más pobres del hemisferio occidental y hacen más incierto, pesaroso y lúgubre el futuro del pueblo haitiano, digno de mejor suerte.

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