Por Robert Vargas
Un segundo teniente del Ejército de la República Dominicana se ha convertido hoy en el protagonista de un vídeo viral en las redes sociales, donde denuncia algunas de las calamidades y abusos que padecen los militares dominicanos a manos de sus jefes.
Se trata del segundo teniente Reymundo Cabrera Ramírez, quien ha usado como «arma de guerra» las redes sociales para enfrentar a su superiores por los presuntos abusos que estos cometen en su contra y para reclamar que se cumpla con la ley y le otorguen su pensión tras 24 años de servicio con el alegato de que ya no quiere seguir siendo militar.
En el vídeo, el oficial sugiere que no le importan las consecuencias que pueden derivarse de su acción.
Relata que hace más de un año que solicitó ser pensionado porque la ley lo ampara a recibir la pensión tras 20 años de servicios en las Fuerzas Armadas, pero su solicitud no ha sido atendida.
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Revela que los oficiales superiores acostumbran a obstaculizar esas solicitudes para obligarlos a marcharse de la institucipon y apropiarse del dinero que les corresponde por concepto de retiro.
Revela, además, que los soldados que han sido desplegados en las patrullas de seguridad ciudadana no reciben el «especialismo» que les había sido asignado de poco más de mil pesos.
Subrayó que el salario que percibe no le alcanza para mantener a su familia y que sus hijos tienen que pedir para no pasar hambre.
El dice que hasta «limpiando vidrios» o vendiendo botellitas de agua en las calles cualquier persona gana más dinero para su sustento que un militar.
El vídeo fue colgado ayer en FaceBook y ha sido visto por miles de personas.
Es el tercer caso de este tipo que se produce en el país.
Anteriormente, fueron dos miembros de la Policía Nacional quienes también usaron las redes para denunciar los bajos salarios y los abusos a que son sometidos en esa institución.
Al parecer, el disgusto es tan grande en las filas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, que sus miembros dan decidido usar las redes para rebelarse, algo hasta hace poco insólito en la República Dominicana.
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