Políticas de Prevención del Delito: Reconsiderando el Rol de los Gobiernos Locales
Por Raquel Cruz
Indiscutiblemente la inseguridad se convierte en un tópico nodal para los habitantes de nuestro país, preocupa a los ciudadanos y se convierte en un tema de Estado puesto que trae consigo tensiones políticas sobre cómo enfrentar de forma eficaz el problema que representa la comisión de ilícitos penales que impactan negativamente e intranquilizan las comunidades.
El diseño de políticas públicas para hacer posible lograr la tan ansiada seguridad ciudadana se hace imperante, como de la misma forma se ha hecho preponderante la inclusión de diferentes sectores en el esquema y diseño de las referidas políticas.
Con el objetivo de ejecutar acciones efectivas se hace necesario integrar diferentes sectores del gobierno, ganando un espacio importante la prevención como parte de la política criminal del Estado, esto sin dejar de reconocer la importancia de las estrategias de persecución.
Siempre será mejor prevenir que castigar, educar que reprimir….
Como hace siglos ha pronosticado Cesare Beccaria en su obra cumbre “De los Delitos y las Penas”: “Es mejor evitar los delitos que castigarlos”
Las iniciativas de prevención colocan a los Gobiernos Locales en un escenario de máxima importancia, pues el delito no es un fenómeno al que se le pueda dar una respuesta general, sino que el mismo atiende a características especiales que tienden a ser diferentes según la localidad donde se desarrolla.
Debemos reconsiderar el rol de los Gobiernos Locales y las políticas de seguridad ciudadana deben ser asumidas de forma exitosa por las Alcaldías, tal y como ha ocurrido en otras ciudades de América Latina, siendo que la inseguridad ha sido planteada como problemática para los países de la región desde la década de los 90s.
La seguridad ciudadana es multidimensional, involucra varios aspectos y debe ser abordada intersectorialmente, pero el rol de la municipalidad es trascendental sobre todo en lo que la autora Lucía Dammert ha definido como “Prevención Situacional” siendo de gran impacto en la seguridad como lo son la remodelación de espacios públicos, la iluminación de vías, plazas y parques, la definición de espacios seguros.
Como ha establecido el ex alcalde de la ciudad de Palermo Leoluca Orlando: “Creo también que una ciudad cuyos espacios públicos son amados y protegidos es una ciudad donde hay poco margen para la ilegalidad.”
La participación de los líderes comunitarios es de vital importancia, la cercanía con la gente es esencial para dar respuestas a sus inquietudes, de ahí que las Alcaldías como entes cercanos a las comunidades pueden recibir de primera mano la información adecuada para contrarrestar los males más inquietantes.
El rol en materia de seguridad ciudadana de los gobiernos locales ha sido claramente definido en la ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios específicamente en sus artículos 19 y 20.
El Decreto 121-13 que instituye la Mesa Nacional sobre Seguridad, Ciudadanía y Género, compuesta por instituciones del gobierno central, gobiernos intermedios (gobiernos provinciales), gobiernos locales y la sociedad civil organizada, da un espaldarazo a la consolidación de estas competencias en materia de prevención a cargo de los Gobiernos Locales, considerando “La importancia de instituir espacios de reflexión y participación local orientados a la elaboración de medidas para reducir la inseguridad que afecta a su propio entorno.”
Las principales atribuciones de La Mesa Nacional y las Mesas Locales de Seguridad, Ciudadanía y Género son: Coordinar y recomendar estrategias, con énfasis en la prevención, impulsar políticas de convivencia y seguridad ciudadana, fomentar la participación ciudadana, con enfoque en la cultura de paz, formar sistemas de espacios públicos libres de violencia, entre otras.
Son muchos los desafíos de los gobiernos locales, sin embargo son varias las experiencias exitosas: en Bogotá los logros de la Cultura Ciudadana de Peñalosa y Mockus, en Buenos Aires el Plan de Prevención del Delito, en Santiago de Chile el Programa Comuna Segura, en Palermo el Proyecto de Cultura de Legalidad, entre otros; todos programas impulsados desde las Alcaldías y han logrado un cambio de paradigma en la seguridad ciudadana.
Trabajar en la educación para el respeto a la ley por convicción más que por obligación, fomentar la justicia social y la igualdad, aumentando la calidad de vida de los habitantes son aspectos nodales de la prevención del delito.
El incremento de las oportunidades, instalaciones deportivas, alumbrado de las vías, alfabetización, instrucción y entrenamiento en oficios son actividades más fáciles de concretar desde una localidad, de ahí la importancia de los Gobiernos Locales con plena capacidad para impactar positivamente y mejorar el nivel de vida de la gente.
Solo así podemos reivindicar la fidelidad a la norma y el respeto a las leyes.
Prevención debe ser vista como un todo, con indicadores tan determinantes como la educación, la cultura y el urbanismo pero también es importante una adecuada política social.
Como una vez invocara el ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro: “Los mejores alcaldes se miden por la calidad de vida de sus habitantes y por la igualdad social”.
La fiscal Raquel Cruz regresa «con todos los poderes» contra los ruidos
Vídeo – Ministerio Público y la PN lanzan ofensiva contra tragamonedas en SDE