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Denuncia : Dio Astacio derrocha millones mientras niega las prestaciones a ex empleados

Por Misael La Chapel
Es difícil entender cómo es posible que en pleno siglo XXI, un ser humano pueda ser desvinculado de su trabajo, quedar sin su fuente de ingresos, y aún peor, ser privado de lo que por derecho le corresponde: sus prestaciones laborales. En nuestro amado Santo Domingo Este, durante la actual gestión de Dio Astacio, cientos de trabajadores se encontraron en esa lamentable situación, y aún hoy siguen esperando respuestas. ¿Cómo viven estos ex empleados? ¿Cómo se enfrentan a la incertidumbre de no saber si alguna vez recibirán lo que se les debe?

Desvincular a alguien sin ofrecerle el respaldo necesario es una de las decisiones más crueles que una administración puede tomar. La gestión actual ha dejado a estas personas sin un trabajo y, lo que es aún más inhumano, sin los recursos que necesitan para sobrevivir. No podemos seguir mirando hacia otro lado. El que alguien pierda su empleo no debería ser sinónimo de perder también su dignidad. Estos trabajadores no solo están luchando por un salario, sino por su sustento, el bienestar de sus familias y su estabilidad emocional.

La falta de respuesta ante la exigencia de sus derechos laborales no solo es una injusticia, sino que puede desencadenar una verdadera tragedia en la vida de muchas personas. ¿Es que vamos a esperar a que ocurra una desgracia para tomar cartas en el asunto? La indiferencia del alcalde podría llevar a consecuencias más graves si no se actúa con humanidad y responsabilidad. Ya no es solo una cuestión de números o proyectos temporales; es una cuestión de vidas humanas.

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¿Cómo es posible que el mismo dinero que se destina a consultorías y personal temporal (Mas de 300 millones de pesos) no se utilice para resolver lo que realmente importa: la dignidad de los trabajadores desvinculados? La gestión municipal debe centrarse en lo que realmente puede transformar las vidas de las personas. No podemos seguir jugando con el futuro de las familias que, al igual que cualquiera de nosotros, merecen seguridad, respeto y justicia.

Es imperativo que las autoridades no dejen pasar más tiempo sin dar respuestas. Es necesario evitar una desgracia en SDE. Cada día que pasa sin que se pague lo que se debe es un día más de incertidumbre y sufrimiento para los trabajadores desvinculados. La dignidad humana debe ser prioritaria, y hoy más que nunca, SDE necesita ver una administración que respete los derechos de su gente.

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