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Llamar La Atención

Por Ramón Ant. Ocumarez  P.
“Si sabemos quiénes somos, no tenemos porqué demostrarlo”

Últimamente hemos  observado un inadecuado comportamiento social; quizás por el privilegio de conectarnos y presentarnos ante el mundo exterior a través de las redes sociales; o la exhibición como elemento de inversión de valores humanos;  o tal vez la baja estima; posiblemente la desactualización y falta de novedad social por causa de la vejez;  en fin, pueden ser tantas las causas de este trastorno de la personalidad llamado histrionismo.

Ser revestido de autoridad, aun en la más insignificante función social, nos hace creernos  imprescindibles, manifestando estridencias solo para despertar interés social.

Las diferentes redes sociales son las plataformas presenciales del exhibicionismo.

Otro mecanismo es el ego altruismo; dadores para ser admirados, buscadores de agradecimientos  y subyugar a los demás; donde la mano derecha se hace  indiscreta ante la izquierda.

Hay tantas y buenas maneras de llamar la atención y conseguir el aprecio de los demás sin necesidad del estrépito,  y con ello el  obsequio de intimidades a personas que no les interesa saber de nuestra privacidad.

No es necesario subir el volumen del equipo de música; además del escándalo, el mal gusto y e inaceptable para quienes queremos impresionar; tampoco es significante que nos vanagloriemos  de nuestras posesiones y exhibiciones de consumo.

Hacer proezas de las cosas sencillas; creernos indispensables y egocéntricos, son herejías a la humildad;  tenemos el derecho o la desgracia de padecer  de inseguridad o trastornos personales, (las enfermedades son involuntarias)  siempre y cuando estas no agredan a los demás. Otras veces mediante la bufonería y bullanguería.

Hablar de YO es desagradable e indeseable para los demás. Si  en la conversación colectiva no conocemos ni manejamos  el tema que se trata, es mejor callar, escuchar, preguntar  y aprender  ante que emitir cualquier absurdo o disparate. Además de insolencia,  es falta de respeto asimismo y a los demás; ello menoscaba la  imperiosa e irremplazable  prenda humana que es la consideración y aprecio que nos puedan dispensar terceros.

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Parece que siempre estamos en campaña electoral para ganar la presidencia del protagonismo; manifestaciones soeces y vulgares, destruyendo honras; al  extremo de ser aceptadas como normales. Una olimpiada de Malas Palabras en los medios sociales, respondidos  con” like” que generan adeptos,  beneficios presenciales y económicos a sus autores.

Todos queremos ser líderes y dirigentes delante la cámara televisora, con o sin argumentos,  opinando sobre una problemática social, que a veces no conocemos.

Someterse a un tratamiento literario bajo receta de las obras, como medicamentos,  del Dr. Francisco Moscoso Puello, José Ramón López y Américo Lugo nos provocaría  una exasperación social.

Nota- No creo este comportamiento se haga en reverencia  a la sexta ley de la obra  de Robert Greene.
Observación.- Este  texto está escrito en indicativo de la primera persona del plural.

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