«Ejecución» de Pércival Matos es posible que abriera «las puertas del infierno»
Por Robert Vargas
La muerte en un dudoso «intercambio de disparos» del ex oficial y presunto atracador Jhon Pércival Matos es posible que sea la llave que abra las puertas del infierno para que de este salgan «todos los demonios», tal como ocurría en la década los años 70 y 80 del pasado siglo XX.
Ayer, Pércival Matos fue acribillado en circunstancias que el Gobierno asegura se trató de un «intercambio de disparos», pero que otras fuentes consideran que fue una «ejecución» extra judicial.
En el incidente solo murió el ex oficial, y quedaron libres otros sospechosos de participar junto a él en al menos tres espectaculares asaltos a mano armada.
Precisamente, esa escapada del resto del grupo, uno de los cuales ha sido identificado por las autoridades, podría ser el motivo que tengan «los demonios» para salir del infierno en una interminable cacería que acabaría con la vida de muchos otros reales o supuestos delincuentes en supuestos «intercambios de disparos».
Ya ocurrió así cuando el Servicio Secreto de la Policía Nacional lanzó encarnizadas cacerías contra «el Grupo Plinio», «la banda de Guillermo Rubirosa Fermín» y luego contra «la banda de Rafaelito Pimentel», entre otras.
Fueron incontables las personas que murieron acribilladas con la justificación de que eran miembros de esas reales o supuestas bandas.
Los medios de comunicación de la República Dominicana comenzaron hace poco a promover la idea de «la banda de Jhon Pércival«, mientras animaban el surgimiento del «deseo de sangre» en la población, que requiere de que se acabe con la delincuencia y la criminalidad.
La orden del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, presidente Danilo Medina, de acabar con «el desafío» que representaba la «banda» de Pércival Matos ya se saldó con el primer sangriento y mortal tiroteo en una cabaña de Bonao.
Ahora, es casi seguro, que los equipos de élite de la Policía saldrán a las calles a buscar «al resto de la banda», tal como ocurría en el siglo pasado.
No se descarta que sean muchas las personas que sean abatidas en «intercambios de disparos».
Si por ahí hay alguna lista de reales o presuntos delincuentes por eliminar, es posible que de ahora en adelante, «los demonios» vayan en su persecución.
Lo mejor será no estar cerca de estos individuos para no ser «víctimas colaterales».
Lo que no verá la población será que esos demonios actúen contra los políticos y funcionarios que desfalcan al país.
Estos no son delincuentes.