Opiniones

Insta a «resquebrajar dictadura institucionalizada» en R. Dominicana

Consejo de la Magistratura
Por Narciso Isa Conde
Mi consejo no es el de Danilo. Es que no sueñen -sin resquebrajar previamente esta dictadura institucionalizada- con un Consejo de la Magistratura  que estructure un poder judicial “equilibrado” y “altas cortes” ajenas al monopolio morado.

El nuevo Consejo de la Magistratura no  conformará tribunales independientes, probos, profesionales… Ese Consejo es el que diseñó la Constitución del 2010 para convertirlo en propiedad del Comité Político del PLD y del presidente morado de turno. Fue de Leonel y va a ser pronto de Danilo, dada su reciente supremacía al interior de la Corporación PLD.

El consejo de Danilo, que más que consejo es una determinación autoritaria, será un Consejo de la Magistratura para re-estructurar  el poder judicial  en función de las conveniencias derivadas de su reelección y la continuidad de la dictadura morada. Igual pasará con la JCE tramposa, Cámara de Cuentas amañada y gran parte del poder municipal.

Precedido del pacto que negoció re-postulación por impunidad y de la subsiguiente imposición fraudulenta de mayo pasado –suma de fraudes estructurales y contingentes- SU presidencia, SU Congreso y SU Consejo de la Magistratura, están llamados a ponerle SU sello personal con más intensidad a la dictadura pelediana, bajo la batuta corporativa de SU inefable Comité Político.

Los pactos a firmar serán solo aquellos que le convengan para seguir montado en el Estado, saqueando  presupuestos y patrimonios públicos y naturales; y por supuesto, los “consensos agripinianos” funcionales a su alianza carnal con la lumpen burguesía capitalista, las transnacionales y su Hilary Clinton o Donald Trump.

Próxima a arrancar está el impulso en grande al modelo de saqueo y depredación minera, comenzando por la explotación del oro de San Juan de la Maguana y el correspondiente exterminio de las principales fuentes de agua del granero del Sur.

La historia de los pactos y leyes auspiciadas por la cúpula morada no me dejan mentir, sin que le haya temblado el pulso para violar lo convenido o prometido cuando deja de ser útil a sus fines espurios. No olvidemos el tiburón podrido.

Pensar de otra manera es pecar de ingenuo, de bobo o de cómplice de esa claque, y de todo eso abunda en una oposición electoralista e institucionalista presta a tocarle el timbre a Agripino para que le abra la puerta de la trampa, incluidas penosamente agrupaciones que se apodan “progresistas”. ¡Preparémonos para desbaratar la trampa y reclamar con despliegue de democracia de calle, CONSTITUYENTE SOBERANA! Para cambiarlo todo.

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