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Así es como un «aspiron» llena su vacío existencial, en perjuicio del aspirante

Por Jacobo Colón
La enorme cantidad de peledeistas y de otros partidos que promueven candidaturas a diputados, regidores, alcaldes, al senado de la república y hasta a presidentes, nos hace recordar el artículo que escribimos hace casi una década titulado “Aspirante o Aspirón” .

En el mismo planteamos el hecho de como las aspiraciones desmedidas abarrotan el escenario electoral, saturan las redes e impiden que el mensaje de los verdaderos aspirantes pueda llegar a cada elector o a los miembros de cada partido político.

Por eso decíamos que la real academia de la lengua española debería aprobar el término “Aspirón” el cual correspondería aplicarse a todo el político que siempre aspira, eternamente se inscribe, en cada proceso su nombre sale en la boleta  y año tras año pierde de manera vergonzosa.

Aspirón; “Miembro de un partido determinado que en todos los procesos electorales inscribe una candidatura a sabiendas de que no existe la mínima oportunidad de salir airoso” .

El Aspirón no tiene recursos para sustentar una candidatura, pero tampoco cuenta con un discurso coherente ni conocimientos de lo que haría en el hipotético, remoto e inverosímil caso de ganar, mucho menos tiene una impronta que mostrar en la base de su partido o de la sociedad.

Con lo único que cuenta un Aspirón es con tiempo para participar en todas las actividades de los demás “aspirantes” porque no tiene recursos ni estructuras para hacer una propia, también cuenta con espacio para cansar al lector en las redes subiendo su foto de “aspirante”.

Hace unos días un administrador de un grupo de whatsApp se quejaba de Aspirones por subir  su fotografía anunciando su candidatura cada 15 minutos. Un “Aspirón  quiere sostener su candidatura en base a los aspirantes, piden colaboración para hacer  tarjetas con su fotografía, para sus afiches, piden canastillas, diligencian recetas y hasta caja de muertos, el Aspirón no invierte, por eso no tiene nada que perder.

Alimentan sus ansias de notoriedad en base a las legítimas aspiraciones de los verdaderos candidatos.

Normalmente se lanzan a una regiduría como primer eslabón de la cadena, algunos son  más osados y lo hacen a diputados o senadores e incluso tenemos casos de Aspirones queriendo ser Presidente de la Republica.

Estas personas tienen un vacío existencial que pretenden llenar en tiempos de campaña, aspirar los hace sentir importantes, ver su fotografía en un lugar llena su ego, se sienten realizados, mucho más si llegan a conseguir aunque sea un seguidor que le haga el juego y le sople al oído sus “posibilidades” .

En el artículo de hace diez años le hice algunas preguntas a los precandidatos existentes, con miras a separar y distinguir a  Aspirantes verdaderos y Aspirones. Les preuntaba;

¿Tiene usted estructura política en cada uno de los intermedios o zona de su circunscripción?

¿Cuenta con un trabajo social o comunitario en su demarcación?

¿Se considera alguien con el liderazgo suficiente para arrastrar decenas de personas a su causa?

¿Tiene usted recursos económicos suficientes para sustentar una candidatura?   Una modalidad es “Buscarse un padrino” por eso los despachos de las Alcaldías y del Congreso Nacional se abarrota de Aspirones  buscando ser bautizados.

Los Aspirones ni siquiera saben lo que van a hacer en caso de que la suerte le acompañe y resulten electos, de lo único que si se acuerdan es del sueldo que se devenga en la institución a la cual quieren llegar.

Cuando hablamos de la suerte es porque existen casos muy excepcionales de personas que sin preparación ni recursos, solo con mucha persistencia han logrado escalar a una posición electiva, pero han sido casos muy extraños y que con el pasar de los tiempos cada vez se reducen más estas  excepciones.

En una circunscripción donde se elegirían 6 concejales hay 400 Aspirones, de 4 diputados hay 100 soñadores, y algunos son tan osados que aspiran a ser Alcalde siendo mal conocido y tristemente recordado en su propia demarcación.

De los más de 400 que quieren ser concejales, solo podemos distinguir entre esa gran multitud a apenas 10 que podemos catalogarlos de verdaderos “Aspirantes” los demás se inscriben y  promueven por un deseo de protagonismo, “Para sonar” no haciendo más que empañar el camino para que los votantes puedan vislumbrar de manera serena los verdaderos “Aspirantes”

Decíamos en ese entonces y volvemos a repetir el hecho de como esos “Aspirones” se les hace difícil hasta pronunciar su nombre, no saben expresar ideas a pesar de que en la función a la que aspiran tendrían que hacer uso de la palabra para defender y presentar proyectos y resoluciones.

Algunos se inscriben buscando que las autoridades actuales les solventen sus aspiraciones o por lo menos los tome en cuenta para un futuro empleo, otros para tener el motivo para buscar donaciones “para la candidatura”

Las redes están llenas de fotos de Aspirones,  en el PLD es más marcado este hecho, el derecho de todo ciudadano y miembro de un partido no debe ejercerse de manera abusiva y sin criterios.

A nadie se les puede prohibir e impedir que aspire a un cargo electivo, pero sí estamos en el deber de llamar a la conciencia de “Los Aspirones” que pululan en las instituciones públicas con tarjeta en manos buscando “Ayuda para la campaña”

Una cosa es competir creyendo que se puede ganar, que los cálculos no salgan como lo concebimos, que nos equivoquemos en nuestras proyecciones, no todos los verdaderos Aspirantes tienen que ganar, otro es el caso del Aspirón  que siempre se inscribe, no calcula nada, es un aventurero que busca promoción y recursos a costa de los que Aspiran realmente.

La libertad de ser elegidos  debe tener un límite desde el comienzo. Cuando alguien nos pida apoyo y nos hable de su aspiración,  vamos a evaluarlo, veamos los puntos que planteamos en este escrito, tal vez no sea un aspirante, lo más probable es que estemos frente a un Aspiron.

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