Por Robert Vargas
Carmen Mazara es una militante revolucionaria de toda la vida. Pertenece a aquellos de siempre, que luchan no solo un día, sino toda la vida. Como diría el poeta: «esos son los imprescindibles».
Es la madre de Fabricio y Guido Gómez Mazara, los dos hijos que concibió con el obrero cañero Maximiliano Gómez – El Moreno-, referente ideológico, político e histórico de la izquierda revolucionaria dominicana asesinado hace 51 años por la CIA en su exilio en Bruselas, Bélgica.
Militante comunista indoblegable se vio precisada a hacer «guardia de honor» al cadáver de su amado, junto a los dos hijos de la pareja.
Ella sabe lo que es luchar por la esperanza y dedicarse a la difícil tarea de hacer la revolución, como lo hacía El Moreno a quien amó y aún ama.
Carmen Mazara acompañó a El Moreno en sus luchas clandestinas contra la dictadura ilustrada de Joaquín Balaguer y, tras el asesinato de su esposo, se convirtió en la portavoz del Movimiento Popular Dominicano (MPD).
Ayer, con el peso de los años sobre sus hombros y la belleza que siempre le ha caracterizado, Carmen se colocó frente a una multitud de hombres y mujeres revolucionarios de antaño y de la nueva cosecha.
Les habló con la firmeza que le caracteriza y con el alma ya pulida por el dolor de ver a tantos de los suyos abonar con sangre el camino en la búsqueda de la materialización de sus ideales.
Puede decirse, que sus luchas desde la clandestinidad, la semiclandestinidad y abiertamente, templaron su espíritu, como el acero.
Por ese motivo, no resultó extraño que, al concluir su discurso en el acto de homenaje a El Moreno, ella convocara a vestirse de optimismo, consciente de que «aún hay tiempo para la esperanza».
Esta mujer, mientras más adulta se muestra más firme y radical.
Por ese motivo insta a todo el movimiento revolucionario a practicar los postulados que legó El Moreno.
Lo hizo, tras mencionar un pequeño puñado de héroes y heroínas que siempre se mantuvieron firmes a pesar de padecer persecuciones y encarcelamientos.
Mientras ella hablaba de El Moreno y su ternura, su humanismo, inteligencia y convicciones revolucionarias, la multitud la escuchaba extasiada y ansiosa de tener un referente político e ideológico local, que parecen haber descubierto en este hombre autodidacta que cada día crece más, para terror de los opresores.
Todo esto, es mejor que se lo diga directamente Carmen en el breve discurso que acompaña este vídeo.