Dío Astacio usa estilo de peleador callejero para desafiar a Manuel Jiménez
Por Robert Vargas
En la frenética carrera por la nominación a la Alcaldía de Santo Domingo Este, el pastor evangélico Dío Astacio, se muestra cada día más desafiante y arrogante frente a su competidor interno Manuel Jiménez, contra quien lanza toda su «artillería verbal«, trata de arrinconar y desmoralizar antes de la llegada del día de la convención, que será el próximo seis de octubre.
Astacio, quien es un profundo estudioso de las estrategias y recursos usados por líderes mundiales para lograr sus propósitos, tiende a imitar al presidente estadounidense Donald Trump, quien construyó un proyecto político radicalizando a los suyos presentándose como superior al común y fraccionando cuanto pudo a la sociedad norteamericana.
Para parecerse aún más a Trump, le falta mentir de forma descarada como lo hizo este cuando era candidato y actualmente siendo presidente del país.
Astacio ha logrado radicalizar a sus seguidores en base a un discurso en el que incluye verdades totales y medias verdades que logra pasar de contrabando ante una multitud que se rinde a sus pies sin detenerse a cuestionar los fundamentos de algunas de sus propuestas o afirmaciones.
No solo eso, sino que ha adoptado una forma de actuar al más típico estilo del peleador callejero, que alimenta las bajas pasiones.
De esa manera, Astacio, de quien se creía aportaría un nuevo estilo en la práctica política local, ha derivado en promoverla como un simple espectáculo para fanáticos que no requieren pensamiento ni razonamientos.
Es esa una metología que le dio el triunfo a Trump en Estados Unidos, pero que no está claro que tenga los mismos resultados en Santo Domingo Este.
Por lo pronto, él ha logrado radicalizar a sus seguidores originarios llegados de una secta religiosa evangélica, y ahora trata de hacer lo mismo con simpatizantes y militantes políticos de otras iglesias que tienen en común su deseo de llegar al poder, aún sea, «en el nombre de Dios».
Astacio es un experto orador que recurre con frecuencia a narraciones de situaciones de la vida real y golpea duro en el costado de los creyentes al citarle pasajes de la biblia para llevarlos a aceptar posturas sin cuestionar.
Sin embargo, conocedor de que su auditorio va más allá de la iglesia evangélica, entonces recurre a los mismos métodos que imponen los dueños del circo (el boxeo) para atraer multitudes que quieren disfrutar del espectáculo, en este caso, llevándolos a votar por él, que actúa conforme «la voluntad del Señor».
Para saber si su estrategia será totalmente correcta será necesario esperar al próximo seis de octubre, día de las primarias del PRM y, más adelante, las elecciones municipales de Febrero.
Será interesante ver cómo él logra sanar las heridas que, con su discurso desafiante y, arrogante que tiende al fanatismo, logra sanar las heridas que está provocando en sus adversarios.
Él está convencido de que pasado el seis de octubre, todas las malquerencias y heridas provocadas ahora sanarán fácilmente porque, según su percepción, se trata de de simples «mai de play«.
Solo que el municipio Santo Domingo Este no es el estadio de béisbol donde cualquier fanático «le mienta la madre» a otro y todo queda allí mismo, como un simple ruido en el play.