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Juan Bosch y el PLD: 51 años orientando al pueblo dominicano en democracia

Por Eladio Espinal
El 15 de diciembre de 1973, el Profesor Juan Bosch, acompañado de un grupo de compañeros y compañeras que lo siguieron tras abandonar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) el 18 de noviembre de ese mismo año, dejó oficialmente constituido el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Esta organización logró, en pocos años, romper con el bipartidismo que predominó en los años 60 hasta los 80, representado en ese entonces por el PRD y el PRSC.

Con un partido pequeño y de reciente formación, Juan Bosch creó una estructura basada en círculos de estudio y comités de base, que se reunían semanalmente conforme a un plan de trabajo con metas específicas. Además, impulsó la creación del periódico Vanguardia del Pueblo y posteriormente la revista Política: Teoría y Acción. Bosch logró transformar al PLD en una opción de poder, afirmando:

“Es un error creer que un partido es bueno por tener mucha gente que lo siga; puede ser todo lo contrario. Precisamente por tener demasiada gente, un partido puede ser malo e incluso malísimo si quienes lo siguen son partidarios de ideas erróneas o malas.”

Para Bosch, un partido político no debe medirse por la cantidad de miembros, sino por su autoridad moral ante el pueblo. Un partido necesita hombres y mujeres con conciencia, no solo de la sociedad cambiante y dinámica en la que viven, sino también con la voluntad de ser agentes activos que transformen al pueblo en una sociedad verdaderamente libre.

En palabras de Bosch, un partido con base ideológica firme debe contar con líderes que dirijan a las masas. Sin embargo, en los partidos populistas ocurre lo contrario: las masas terminan dirigiendo a los líderes. Los hombres pueden caer, pero los principios no. Podemos fallar como individuos, pero el pueblo no debe permitir que caiga la dignidad democrática, porque la democracia es un bien del pueblo y es su deber defenderla.

Nadie supera al pueblo en el conocimiento profundo de la realidad nacional, porque él la vive diariamente, cosechando los beneficios o sufriendo los males que esa realidad produce. El pueblo dominicano es, sin duda, una tierra fértil para la semilla de la democracia. En esa tierra, más temprano que tarde, germinarán las semillas de la renovación, con el regreso al poder del Partido de la Liberación Dominicana.

Un gobierno democrático del PLD deberá tener:

  • Oídos abiertos para escuchar la verdad.
  • Ojos activos para detectar lo mal hecho antes de que se realice.
  • Mente vigilante para proteger la libertad de cada ciudadano.
  • Un corazón libre de odio, dedicado día y noche al servicio del pueblo y sus instituciones.

El poder es una fuerza creadora si se usa en favor del pueblo; sin embargo, se convierte en una fuerza destructora y nefasta si se utiliza en su contra.

Al regresar al poder, el PLD debe unir al hombre con la tierra: al trabajador y al intelectual dominicano con las riquezas naturales del país. Debemos estar seguros de que esto se logrará, porque de lo contrario no habrá democracia en nuestra nación.

El PLD cree en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y desarrollar su democracia con libertades humanas, pero también con justicia social.

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