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Chapman, con su defensa, ayudó a su propia condena +Audio y vídeo

Por Julio Benzant
Cuando el dueño de «La Tablita», Juan José Chapman, asumió su defensa material ante las tres juzgadoras del Primer Tribunal Colegiado de la provincia Santo Domingo, parece que lo hizo pobremente asesorado por su defensa técnica puesto que la actitud desafiante que adoptó es posible que ayudara a su propia condena.

En ningún momento Chapman admitió ni por un segundo que el ruido y el desorden derivado de su negocio pudiera molestar a los vecinos.

Al contrario, se definió como una víctima tanto él como su esposa del asedio por sectores que querían hacerle daño.

En su propia defensa, bramó, como si estuviera profundamente herido por el mal que, supuestamente se le quería hacer.

Y a su favor, y orgulloso de lo que él hace en La Tablita, le dijo al tribunal que él vende «la cerveza más fría» de toda el país.

Chapman hizo un recorrido desde aquellos años en que era maestro de escuela y administrador en la empresa Credigas, hasta asumir el colmado «La Tablita», que estableció su esposa, y que luego derivó en el colmadón ruidoso que lo ha llevado a padecer una condena de tres años de prisión a cumplirlo en la penitenciaría nacional de La Victoria.

La presidente del Tribunal, Elizabeth Rodríguez, lamentó que Chapman, tras dedicarse a formar las futuras generaciones terminara atormentando al vecindario con ruidos de hasta 128 decibeles.

-«La vida en esa zona es insoportable», le dijo Rodríguez en nombre del tribunal a Chapman y a su esposa María de Jesús Hidalgo Astacio quien, a diferencia de su pareja, exhibió un bajo perfil y le dijo a los jueces que estaba avergonzada.

 -«De esa mala decisión que Ustedes tomaron, ahí está la consecuencia», dijo la magistrada a Chapman y a Hidalgo Astacio.

La «mala decisión» se refiere al cambio de estrategia comercial de vender comida a vender alcohol y patrocinar el ruido.

Más aún, el tribunal le advirtió a los dos que «nadie tiene el derecho de quitarle el sueño a otra persona».

De ahora en adelante ninguno de los dos podrán dedicarse al comercio de bebidas alcohólicas.

La sentencia extensa les será leída el 14 de agosto.

Chapman está condenado a cumplir tres años en la cárcel de La Victoria.

A ella también la condenaron a tres años de prisión, pero visto su arrepentimiento, el tribunal decidió suspenderle la pena y dejarla a juicio del juez de ejecución de la pena, lo quiere decir que si ella viola los términos de la suspensión, también será llevada a la cárcel.

Entre los dos tendrán que buscar el equivalente a tres mil salarios mínimos del sector estatal para pagarlo como multa en favor del Estado.

Además deberán pagar un millón de pesos de indemnización a favor de la Junta de Vecinos Reynas de la Paz, para que esta lo invierta en el vecindario y buscar otros 500 mil pesos para el abogado-querellante-testigo Otto López.

Definitivamente, los abogados de la pareja no parece que lo asesoraran bien desde el principio, cuando hace varios años ellos violaron acuerdos con el Ministerio Público y luego fueron declarados en rebeldía.

La pareja podrá apelar la sentencia pero, si se equivoca y no es bien asesora, es muy posible que Chapman conozca La Victoria, no como visitante, sino como recluso.

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