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¿Qué pasa con Luis Abinader y Manuel Jiménez?

Por Ramón Peralta
Este sábado me encontré en una plaza comercial con un regidor del PRM y le pregunté: “¿Por qué no pusieron a Manuel en el Ministerio de Cultura si era el más idóneo para ocupar el cargo?” Me respondió sin titubear: “Manuel tiene las condiciones políticas, académicas y morales para ocupar cualquier ministerio, pero no lo nombraron porque Manuel es demasiado leal a Luis Abinader. Si hubiera sido del grupo de Hipólito, lo nombran como ministro al otro día de dejar la alcaldía”. A continuación, argumentó: “Hipólito pelea por su gente, y el presidente teme que ese loco le haga un lío”.

En la conversación, me puso como ejemplo a Eddy Olivares, quien fue nombrado ministro de Trabajo, un hombre de Santo Domingo Este, que en los hechos no tiene estructura política ni siquiera para ser regidor, pero estaba alineado con Hipólito Mejía.

Me reveló también que en 2016, en Santo Domingo Este, toda la dirigencia del PRM sabía que Manuel le ganaba de calle al Cañero si el PRM lo llevaba. Sin embargo, por el deseo de Manuel de entrar a través del equipo de Luis Abinader, Hipólito Mejía le impidió su ingreso al PRM. A pesar de eso, Manuel, en un partido pequeño, obtuvo muchos más votos que Domingo Batista, y todos los seguidores de Manuel votaron por Abinader.

Ese regidor me narró que la oposición tan fuerte que le hizo Manuel, entre 2016 y 2020, al alcalde del PLD y a Danilo Medina, con temas ambientales, fue la mayor contribución que cualquier político le haya hecho a Luis Abinader. Sin embargo, en política, los presidentes no agradecen favores del pasado ni guardan rencor por viejas rivalidades.

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En mi confusión, le pregunté: “Si Manuel ha sido tan leal a Luis Abinader, ¿por qué ese maltrato? Veo que hay muchos que no son del grupo de Hipólito con grandes puestos en el gobierno”.

El regidor me dijo, mirándome a los ojos: “Ser demasiado honesto hace daño. Manuel cometió el error de asumir el discurso presidencial de manera literal y consiguió muchos enemigos al creer que Santo Domingo Este era una alcaldía de Suiza. Un error que cometió Manuel fue no entender a los altos dirigentes del PRM de Santo Domingo Este creyendo que ellos deseaban empleos para su gente y el otro fue echarse a los regidores de enemigos innecesariamente.”

Intrigado, le pregunté en qué consistían esos errores y me narró lo siguiente: “Cuando llegamos a la alcaldía, Manuel distribuyó la mayoría de los empleos a la dirigencia del PRM, nombró perremeístas en los puestos más importantes, y ningún alcalde en la historia le había dado tantos puestos claves al partido, sobre todo cuando ese partido tiene el gobierno, que es la fuente de buenos empleos. Mientras más empleo daba, más le protestaban, porque los dirigentes altos no quieren empleos del ayuntamiento para su gente. Lo que desean son beneficios personales. Manuel nunca entendió que un dirigente alto preferiría una contrata donde ganara varios millones, en lugar de que él le nombrara a 15 o 20 personas de la base”.

“Los regidores fuimos maltratados duramente por Manuel Jiménez. En lugar de aumentarnos los beneficios a los 33 regidores, prefirió aumentarle los salarios a tres mil empleados y hasta en un cien por ciento a los obreros, que no tienen poder de decisión. Al final, nosotros los regidores le trancamos todos los proyectos y le demostramos que fue un error aumentarles el sueldo a los obreros y no a los regidores. Al final gracias a la presión de nosotros y los precandidatos, el gobierno decidió sacarlo de la alcaldía”.

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Después de esas revelaciones, le pregunté: “¿Qué pasará con Manuel Jiménez?” Me respondió que, en su experiencia como fundador del PRM, sabía que la lealtad de Manuel Jiménez hacia Luis Abinader no sería recompensada. Posiblemente le den un decreto en un cargo donde quede inhabilitado políticamente, donde no pueda nombrar a su gente, tal vez una embajada. Pero si quiere un cargo mínimamente acorde a su nivel, debe gestionarlo con José Ignacio Paliza o alinearse con un precandidato de influencia y no con el presidente, porque en política es mejor tener buenas relaciones con el anillo que rodea al mandatario que con el propio presidente.

En definitiva, los presidentes no son los más informados, como generalmente la gente piensa; son los más desinformados, porque la información les llega filtrada por los intereses de sus colaboradores más cercanos. Y, a veces, por un chisme mal contado, hasta el más leal cae en desgracia.

Tal vez ese regidor tenga razón, pero los aportes de Manuel a Luis Abinader son tan evidentes que no creo que un hombre inteligente como Abinader condene a su más influyente dirigente del municipio más grande del país por un simple chisme de políticos más interesados en sus propias ambiciones personales que en el legado histórico de Luis Abinader.

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