
Carta pública al exalcalde Alfredo Martínez
Por Misael Lachapel
Con profundo pesar y gran decepción, sentí como si esa estocada también me fuera dirigida cuando usted volvió a herir la memoria del inolvidable alcalde Juan de los Santos al calificar de manera positiva los contenedores que dificultan el paso de los peatones en las aceras del municipio y las cajas naranjas que obstruyen el tránsito, creando vertederos donde antes no los había. Todo esto con el fin de encubrir la incapacidad del actual alcalde para gestionar de manera eficiente los residuos sólidos.
Juancito, en su programa Limpia, inició la instalación de recipientes metálicos en lugares estratégicos de la circunscripción 1 de Santo Domingo Este, permitiendo el libre tránsito de las personas por las aceras. Además, un moderno camión se encargaba de recoger estos recipientes de basura de manera mecánica, extraer los desechos y devolverlos limpios. Sin embargo, desde su fallecimiento y su designación como candidato a la alcaldía de este municipio, sectores interesados en desacreditar dicho programa permitieron que la basura se acumulara alrededor de los contenedores. Cuando usted asumió el cargo, en lugar de mejorar el sistema y devolverle la eficiencia que tenía cuando Juancito era síndico, optó por eliminarlo, lanzando los recipientes nuevos a vertederos como si fueran desperdicios, despilfarrando así una gran inversión.
La diferencia es que el programa implementado por Juancito sigue utilizándose en muchas ciudades del mundo que son modelos de limpieza en Europa, Estados Unidos y Canadá. Mientras tanto, el modelo de Dío Astacio no es sostenible en ninguna ciudad que respete mínimamente a sus ciudadanos o que se rija por la ley.
Hoy, sin embargo, usted defiende los contenedores malolientes de Dío Astacio, que equivalen a barrer la basura debajo de la cama para dar la ilusión de limpieza, aunque el hedor sea insoportable.
Sus desafortunadas declaraciones a favor de este método opaco, ilegal y violatorio del medioambiente, la salud y los espacios públicos no solo ofenden la memoria de Juancito y traicionan a su partido, sino que también constituyen una bofetada para todos los munícipes que viven cerca de esos horribles contenedores, los cuales proliferan ratas, generan gas metano y emanan un mal olor insoportable que se extiende hasta 200 o 300 metros desde cada punto de transferencia.
Estos contenedores, además de obstaculizar el paso de los peatones, evidencian la incapacidad de la administración municipal para gestionar la recolección de basura de manera eficiente.
Perdone, señor Alfredo Martínez, por expresar mi decepción como munícipe de Santo Domingo Este y como joven que espera seriedad de los políticos más veteranos. En esa entrevista, esperaba que usted exigiera transparencia al actual alcalde. Como político y exalcalde de un partido opositor, esperaba que le pidiera cuentas al pastor sobre los 280 millones de pesos del estado de emergencia en los primeros cien días de gestión. Esperaba que preguntara cuánto costaron esas cajas metálicas que hoy obstruyen el tránsito y que exigiera respuestas sobre los cientos de temas que aún permanecen en la oscuridad.
Le deseo salud y buen juicio.