Leoncia Ramos, la diminuta campesina que plantó cara al Presidente de Barrick Gold en las entrañas de la mina de Pueblo Viejo
Por Robert Vargas
Pueblo Viejo, Cotuí.– Leoncia Ramos es una diminuta mujer campesina que estaba sentada a un lado, en una de las dos hileras de asientos que fueron colocadas en un salón de conferencias de la mina de oro de la Barrick Gold, en Pueblo Viejo, Cotuí, provincia Sánchez Ramírez.
En el lado que ella estabas sentada, la rodeaban otros campesinos, como ella. Fueron ataviados con las ropas de siempre, pero muy limpias. Algunos de sus compañeros tenían el rostro con surcos que reflejan su existencia azarosa en el entorno de la mina, donde antes, según Leoncia Ramos, «eramos felices» antes de que los ojos de las mineras se posaran en la montaña de oro y otros metales que hay allí.
En la otra hilera de asientos fueron sentadas personas «más educadas», entre estas alguna «licenciada» que quiso hacerse notar con sus elogios a la minera.
En la primera fila se sentó un alcalde local y, en medio de las dos hileras de asientos una batería de periodistas locales y nosotros que llegamos algo tarde, pero con suficiente tiempo como para captar el drama de los vecinos de la minera dicha por las voces de algunos de l os afectados.
Frente a todos los invitados estaba el Presidente y Director Ejecutivo de la Barrick Gold Corporation, Mark Bristow. Un intérprete traducía sus palabras del inglés al español.
Todos lo escucharon hablar de las inmensas bondades de la Barrick Gold Pueblo Viejo; de la inversión de más de mil millones de dólares que planean hacer para incrementar la capacidad de su planta d eprocesamiento para extender la vida útil de la mina hasta el año 2030 y más allá.
Según Mark Bristow, la propuesta de inversión de capital duplicará con creces la contribución que la mina ya ha hecho a la República Dominicana.
Leoncia Ramos denunció que las vidas de más de 500 familias podrían ser arrasadas en caso de que se rompa la presa de cola, repleta de agua contaminada con los sulfuros. José María, un campesino, expresó su termor, pero el país solo mirará hacia allá el día que se cumpla su predicción mortal.
El ejecutivo habló, además, de las contribuciones que hace la Barrick Gol Pueblo Viejo a las comunidades, a las que le construye escuelas de formación laboral, le aporta agua potable y colabora en el emprendimiento de iniciativas microempresariales por los vecinos.
Tras abundar en datos sobre aportes y beneficios, el equipo de producción mostró un bello e impecable documental en el que ciudadanos agradecían a la Barrick Gold por sus aportes y resaltaban que estaban felices por las inversiones de esta en la comunidad.
El problema surgió tan pronto como le dieron el primer turno a uno de los campesinos que estaban del lado de Leoncia Ramos.
Este se levantó de su asiento y con su lenguaje llano y campesino a partir de la experiencia padecida en carne propia por él y los suyos, denunció que lo que se había proyectado en pantalla era muy bonito, pero era muy distinto a la realidad y mostró fotos «de ayer mismo» hechas con su teléfono celular que mostraban los estragos de la mina.
El campesino también acusó a la Barrick de violentar la legislación sobre minería al operar «pegados» de las comunidades, de las que las separa solo una cerca.
Fue más que evidente que esa denuncia no le agradó a Mark Bristow, quien acusó a los vecinos de mudarse a terrenos de la Barrick.
Momentos más adelante, Leoncia Ramos retomó el tema y con cara de pocos amigos hizo trizas el discurso del ejecutivo minero.
Ella le dio a entender que le estaban mintiendo al pueblo cuando dijo que fueron los campesinos quienes invadieron terrenos de la Barrick Gold le dijo en su cara que cuando esa compañía llegó, ya los campesinos vivían allí y eran felices.
Le habló de la contaminación del agua y de las enfermedades que padecen.
Pero no se quedó ahí, sino que le dijo que unas 500 familias están en peligro de ser ser arrasadas debido a la presa de cola construida artificialmente por la Barrick para contener el agua envenenada con los sulfuros.
Su brevísimo discurso puso en evidencia que existen dos realidades: la que dicen los dueños de la Barrick Gold y la que viven en carne propia las comunidades afectadas por las operaciones de esta empresa extranjera.
Fue más que evidente que a Mark Bristow no le agradó para nada esa intervención y apuró el paso para concluir la conferencia de prensa porque tenía que partir en un avión hacia el exranjero.
La mayoría de las intervenciones por otras personas que pedían escuelas, caminos vecinales y algunas cosillas más fueron recibidas con beneplácito por el empresario minero.
Incluso, es posible que lo tratado allí y la verticalidad de Leoncia Ramos dando la cara frente a la Barrick Gold difícilmente sea recogido por la prensa nacional. Después de todo, se trata de la vida de cientos o miles de campesinos hundidos en la miseria.
Mientras tanto, fuera de la Barrick Gold Pueblo Viejo continúa instalado aquel campamento de campesinos que reclaman ser reubicados ante la indeferencia de las autoridades.
Desde donde ellos están se puede ver el muro de la presa de cola que, según los campesinos, si esta revienta, arrasará con la vida agrícola aguas abajo, contaminanco con su veneno hasta el venerado río Yuna.
El vídeo que acompaña esta nota contiene las declaraciones de Mark Bristow, y su traducción al español, más la internvención de Leoncia y el resto.